¿Cómo reanimó Dios a los muertos en pecados?
El poder de la gracia divina
La Biblia nos enseña en Efesios 2:1-10 que, aunque estábamos espiritualmente muertos por nuestros pecados y transgresiones, Dios, en su infinita misericordia y amor, nos dio vida junto con Cristo. Nos salvó por gracia, no por nuestras propias obras, y nos resucitó y nos hizo sentar en los lugares celestiales con Él.
La gracia nos transforma
Antes de recibir la gracia de Dios, éramos como los demás: guiados por los deseos de nuestra naturaleza pecaminosa y condenados a la ira. Sin embargo, Dios nos liberó de esa condenación al darnos vida en Cristo. Esta gracia transformadora nos permite caminar en buenas obras, que Dios ha preparado de antemano para nosotros.
La obra maestra de Dios
Somos la obra maestra de Dios, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras. No estamos destinados a vivir en el pecado, sino a reflejar el carácter de nuestro Creador. Al vivir en conformidad con su voluntad, podemos experimentar la plenitud de su gracia y bondad.
Un regalo de amor
La salvación por gracia es un regalo inmerecido que Dios nos otorga por medio de la fe. No es algo que podamos ganar o merecer, sino una expresión del amor inagotable de Dios por nosotros. Al abrazar su gracia, podemos ser liberados del peso del pecado y vivir vidas llenas de propósito y significado.
Preguntas Frecuentes
¿Qué significa estar muerto en pecado?
Ser muerto en pecado es estar separado de Dios y bajo el poder del pecado. (Efesios 2:1)
¿Cómo somos salvados?
Somos salvados por gracia a través de la fe. (Efesios 2:8)
¿Qué es la gracia?
La gracia es un favor inmerecido de Dios. (Efesios 2:5)
¿Qué es la fe?
La fe es confiar en Jesucristo como nuestro Salvador. (Efesios 2:8)
¿Por qué es importante creer en Jesucristo?
Creer en Jesucristo es importante porque nos da vida eterna. (Efesios 2:5)
¿Cómo podemos agradar a Dios?
Podemos agradar a Dios haciendo buenas obras, que son preparadas de antemano para que caminemos en ellas. (Efesios 2:10)
¿Por qué debemos hacer buenas obras?
Debemos hacer buenas obras para glorificar a Dios y demostrar nuestra fe. (Efesios 2:10)
¿Podemos jactarnos de nuestras buenas obras?
No, no podemos jactarnos de nuestras buenas obras, porque somos la obra de Dios, creados en Cristo Jesús. (Efesios 2:9)
