¿Quién puede arrebatarte tu alegría?
El secreto de conservar la alegría incluso en tiempos difíciles
En las horas oscuras previas a su muerte, Jesús se centró en fortalecer la alegría de sus discípulos ante la inminente crisis. Abordó dos amenazas principales a su gozo en Juan 16:4-24: su partida y su muerte. Ambas parecían minar la alegría duradera.
Tu tristeza será breve
En primer lugar, les anunciaba su partida. Esto no era una buena noticia para ellos. "Ahora voy al que me envió... Por haber dicho estas cosas, la tristeza ha llenado vuestro corazón" (Juan 16:5-6). Esta tristeza se debía al amor y a la ignorancia: al amor, porque su alegría estaba en Él; a la ignorancia, porque no tenían idea de cómo su ausencia física podría ser ventajosa.
Por ello, Jesús trató de consolidar su alegría en su ausencia, no disminuyendo el amor, sino eliminando la ignorancia. Les dijo: "Os digo la verdad: os conviene que yo me vaya, porque si no me voy, el Espíritu Santo no vendrá a vosotros; pero si me voy, os lo enviaré" (Juan 16:7). Entre las muchas razones por las que esto era una ventaja, la principal era que el Espíritu haría más real la gloria de Jesús. Sí, más real que si estuviera allí en carne: "Cuando venga el Espíritu de verdad, os guiará hacia toda la verdad... Él me glorificará, porque tomará de lo mío y os lo revelará. Todo lo que el Padre tiene es mío" (Juan 16:13-15).
"Sí, habrá tribulación. Pero el mundo que nos entristece tanto no tendrá la última palabra".
Esto es impresionante. ¿Vemos lo que significa para los discípulos y para nosotros? ¡Cuántos cristianos hoy dicen: "¡Si tan solo hubiera podido estar allí y verlo cara a cara!" O: "¡Si tan solo pudiera tener una visión de Jesús como realmente fue en la historia, algo tangible!".
Tales anhelos traicionan una grave ignorancia de las ventajas que tenemos, precisamente porque Jesús murió, resucitó y no está aquí en forma corporal, sino presente por su Espíritu. El Ayudador, el Espíritu de verdad, que el Padre envía es el Espíritu del Cristo resucitado. "No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros" (Juan 14:18). Cuando el Espíritu viene, Jesús viene. Y esta presencia, dice, es mejor que la presencia corporal de sus días terrenales.
Tener el Espíritu de Cristo obrando en nosotros, glorificando al Cristo resucitado y haciéndonos real todo lo que el Padre es para nosotros en Él y en su triunfo sobre la muerte, es una maravilla muy superior a lo que los discípulos conocieron en su vida. No hay mayor gloria que la gloria de Dios en el rostro del Cristo resucitado (2 Corintios 4:6). Cuanto más llenos estemos del Espíritu Santo, más clara y plenamente veremos y disfrutaremos de esta gloria.
Esa fue la primera forma en que Jesús trató de estabilizar su alegría en aquellas últimas y oscuras horas antes de su muerte. Aunque se aproximaba una separación a largo plazo, estaría con ellos de una manera mejor que si su estancia terrenal se prolongara indefinidamente.
Preguntas frecuentes
H3. ¿Por qué Jesús se centró en la alegría de sus discípulos antes de su muerte?
Jesús quería estabilizar su alegría frente a la inminente crisis de su muerte y partida.
H3. ¿Cuáles eran las dos principales amenazas a la alegría de los discípulos?
- La partida de Jesús
- Su muerte inminente
H3. ¿Cómo abordó Jesús la tristeza de los discípulos por su partida?
Les explicó que su partida era ventajosa porque permitiría que el Espíritu Santo viniera y glorificara a Jesús, haciéndolo más real para ellos que su presencia física.
H3. ¿Cómo preparó Jesús a los discípulos para su muerte?
Les advirtió que experimentarían un breve período de tristeza, pero que luego su tristeza se convertiría en alegría.
H3. ¿Cómo se compara la alegría de los discípulos con la alegría del mundo?
La alegría del mundo es temporal y superficial, mientras que la alegría de los discípulos es duradera y proviene del conocimiento de que Jesús ha vencido al mundo.
H3. ¿De qué manera los sufrimientos de Jesús producen alegría?
Los sufrimientos de Jesús en la cruz eliminan el pecado y la ira de Dios, lo que lleva a la reconciliación con Dios y a la alegría.
H3. ¿Por qué la alegría de los discípulos es indestructible?
Porque Jesús prometió que regresaría a ellos después de su resurrección y permanecería con ellos por medio de su Espíritu, asegurando así su alegría perpetua.
H3. ¿Cómo protege el Espíritu Santo la alegría de los creyentes?
El Espíritu Santo glorifica a Cristo, haciendo que su presencia sea tan real que las circunstancias externas no pueden quitar la alegría de los cristianos.
H3. ¿Por qué los cristianos pueden estar alegres incluso en medio de las tribulaciones?
Porque Jesús ha vencido al mundo y permanece con ellos, dándoles fuerza y esperanza para enfrentar cualquier desafío.