¿Qué significa que la Biblia es de inspiración divina?
La Palabra de Dios en nuestras vidas
La Biblia es un elemento esencial en la vida de un cristiano. En los servicios religiosos, escuchamos lecturas y explicaciones de las Escrituras. Las letras de las canciones repiten versículos bíblicos, ayudándonos a memorizarlos. En momentos de alegría y tristeza, la Palabra de Dios viene a nuestra mente para consolarnos. Podemos estudiar la Biblia en grupos pequeños o de forma individual. Dada su importancia para la vida cristiana, parece natural creer que la Biblia es de inspiración divina.
El origen de la Biblia
El término "Biblia" proviene del griego "biblion", que significa "libro". Técnicamente, la Biblia es una gran colección de escritos registrados entre el 1200 a. C. y finales del siglo I d. C. Se estima que el texto original en hebreo del Antiguo Testamento se escribió entre el 1200 y el 165 a. C. Los manuscritos del Mar Muerto contienen fragmentos del Antiguo Testamento, incluyendo Génesis, Éxodo, Levítico, Deuteronomio, Samuel, Rut, Reyes, Miqueas, Nehemías, Jeremías, Joel, Josué, Jueces, Proverbios, Números, Salmos, Ezequiel y Jonás. Se han conservado en su totalidad o en fragmentos 5800 manuscritos del Nuevo Testamento en griego, junto con 10.000 manuscritos latinos del Nuevo Testamento y 9300 manuscritos del Nuevo Testamento en siríaco, eslavo, gótico, etíope, copto y armenio.
La autoría humana y divina
La autoría humana de las fuentes bíblicas originales se atribuye a diversas fuentes. Las tradiciones judía y cristiana sostienen que un solo autor, Moisés, escribió los primeros cinco libros de la Biblia (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio), conocidos colectivamente como el Torá (en hebreo, "instrucción") y el Pentateuco (en griego, "cinco rollos").
Los Evangelios, escritos por seguidores de Jesús, se redactaron después de su muerte y resurrección. Los Evangelios "buenas noticias" del Nuevo Testamento tienen contenidos similares, relatando las enseñanzas y parábolas de Jesús. Sin embargo, como señala una publicación en línea de PBS en Frontline, cada Evangelio enfatiza los intereses de su audiencia: "La evidencia histórica sugiere que Marcos escribió para una comunidad profundamente afectada por el fracaso de la Primera Revuelta Judía contra Roma. Mateo escribió para una comunidad judía en conflicto con el judaísmo farisaico que dominaba la vida judía en el período de posguerra. Lucas escribió para una audiencia predominantemente gentil ansiosa por demostrar que las creencias cristianas no entraban en conflicto con su capacidad de ser un buen ciudadano del Imperio". El Evangelio de Juan tiene un estilo de ideas y expresiones visionaria.
¿Qué significa "de inspiración divina"?
En su columna Ask Roger, Roger Barrier, pastor jubilado, comenta: "Recuerdo que cuando era niño, me preguntaba cómo Dios hablaba con los escritores del Nuevo Testamento para darles la Biblia. ¿Eran máquinas que Dios manejaba como una computadora para escribir exactamente lo que Él quería mientras se lo dictaba? ¿Cómo inspiró Dios realmente la Biblia?".
La palabra "inspiración" significa inhalar, ya sea aire para el cuerpo o ideas para la mente. Como dice el buen libro en la carta de Pablo a su colega Timoteo, "Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra" (2 Timoteo 3:16-17). Roger Barrier afirma que este versículo indica que las Escrituras son producidas por Dios, pero "no indica en modo alguno los medios de Dios para producirlas".
Teorías sobre la inspiración divina
Existen varias teorías sobre cómo se produjo la Palabra de Dios. Una escuela de pensamiento popular es que los escritores de la Biblia eran simplemente taquígrafos. Registradores pasivos que escribían todo lo que Dios dictaba. Esta ha sido la visión de la Iglesia Católica Romana durante siglos. En apoyo de esta idea, 2 Pedro 1:21 dice: "Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo".
En mi humilde experiencia como escritor, he conocido a muchos autores que no afirman que su trabajo haya surgido de sus propias mentes. Han podido describir lugares y eventos que nunca experimentaron en sus propias vidas. Esto respalda la idea de que la escritura puede ser de inspiración divina, especialmente cuando expresa los pensamientos de Dios.
Barrier también escribe en su artículo que, "El problema con esta premisa es que si Dios lo escribió todo por su dictado, entonces debería sonar igual en toda la Escritura. Cuando lees Isaías, no suena nada parecido a Ezequiel, o Marcos en contraste con Juan. No es el mismo estilo ni vocabulario... los autores inyectaron sus sentimientos personales, deseos y tono. Sin embargo, algunos dictados ocurrieron, como en el caso de los Diez Mandamientos y la Ley".
Barrier también menciona que las cartas de Pablo a la iglesia primitiva en el Nuevo Testamento podrían perder su fuerza si fueran dictadas por Dios. Esto también se aplica a las emociones muy humanas expresadas en la poesía de los Salmos.
La individualidad en la inspiración divina
Para explicar este fenómeno de estilo individual, existe otra teoría que sostiene que las verdades bíblicas provienen de Dios, pero que Él permitió a los escritores utilizar sus propias palabras y personalidades para comunicar su verdad. En mi entendimiento, Dios, a través del don del Espíritu Santo, inspiró los esfuerzos de las personas para registrar su mensaje al mundo para todos los tiempos y para una audiencia particular para un tiempo histórico.