¿Qué ocurre cuando un ser querido se va a casa con Jesús?
Entendiendo el deseo de Jesús
Cuando perdemos a un ser querido que cree en Jesús, es esencial recordar una verdad que nos ayudará a sobrellevar la pérdida. Aunque nos golpee el dolor, gracias a la gracia de Dios, la tristeza no tiene por qué vencernos. Esta verdad se adentra en el corazón de la fe cristiana y nos ofrece una perspectiva sobre Jesús, el Dios-hombre.
En Juan 17:24, Jesús expresa un deseo que, tras una reflexión profunda y oración, debería estar muy cerca de nuestros corazones cuando un ser querido fallece: "Padre, quiero que los que me has dado estén también conmigo donde yo estoy, para que vean mi gloria que me has dado, porque me has amado desde antes de la fundación del mundo".
Como hombre, Jesús tenía ciertos deseos. Los tenía en la tierra y los sigue teniendo en el cielo. Aquí, Jesús expresa un deseo que le manifiesta al Padre. Habla, como lo ha hecho a menudo antes, de aquellos a quienes el Padre le ha dado (ver Juan 6:37, 39; 10:29; 17:6, 9). Aquellos que el Padre le ha dado a Cristo son las mismas ovejas por las que el Buen Pastor dio su vida (Juan 10:11). Jesús ora al Padre por sus queridas ovejas en la Oración Sacerdotal de Juan 17 y continúa intercediendo por ellas hasta el día de hoy (Romanos 8:34).
¿Y qué desea Jesús?
Él desea que su pueblo esté con él. Jesús es completamente feliz y satisfecho mientras reina desde el cielo, pero según su oración en Juan 17, todavía tiene un cierto deseo sin cumplir: que su pueblo se una a él en el hogar que ya les ha preparado (Juan 14:2-4).
La alegría eterna más allá de la tumba
Jesús sabe que posee una gloria que está mucho más allá de cualquier cosa que este mundo pueda ofrecer. Sabe que una verdadera visión de él vale más que millones de mundos. Sabe que la visión de su gloria no dejará a nadie insatisfecho. Jesús está ansioso por que sus preciosos santos entren en la verdadera y eterna felicidad con él.
Ciertamente saboreamos muchas alegrías en esta vida, pero nada se compara con el puro deleite de una comunión sin obstáculos con Jesús. Estamos destinados a una alegría inefable en su presencia.
Preguntas Frecuentes
¿Qué pasa cuando un ser querido muere como creyente?
Dios ha respondido a la oración de Jesús y ha concedido su deseo de que sus seguidores estén con él, lo que significa que el ser querido ha entrado en la presencia de Cristo y experimenta una felicidad eterna.
¿Por qué es importante recordar la oración de Jesús en Juan 17:24 cuando un ser querido muere?
Esta oración nos asegura que Jesús anhela estar con sus seguidores y que su muerte es una respuesta a su petición. Nos ayuda a encontrar consuelo sabiendo que Dios está cumpliendo el deseo de Jesús.
¿Por qué el dolor es natural cuando un ser querido muere?
La muerte es un enemigo y trae tristeza. Es natural experimentar dolor y tristeza en respuesta a la pérdida de un ser querido. Incluso Jesús lloró por la muerte de su amigo Lázaro.
¿Cómo debemos responder al dolor de la pérdida de un ser querido?
Debemos confiar en que Dios tiene un propósito, aunque no siempre lo entendamos. Es importante aferrarnos a la esperanza de que la muerte no tendrá la última palabra y que volveremos a ver a nuestros seres queridos en la presencia de Dios.
¿Cómo podemos encontrar consuelo en la muerte de un ser querido que era creyente?
Podemos encontrar consuelo sabiendo que nuestro ser querido está con Jesús, experimentando una felicidad y gloria inimaginables. El dolor puede transformarse en alegría cuando reconocemos que su muerte es una respuesta a la oración de Jesús.