¿Qué alegró profundamente a Jesús?
La revelación de su identidad a los humildes
En el relato de Lucas 10:21, encontramos un momento especial en el que Jesús se regocijó profundamente. Este versículo nos enseña que la alegría de Jesús estaba ligada a la revelación de su verdadera identidad a aquellos que eran considerados insignificantes a los ojos del mundo.
El contraste entre la sabiduría humana y la elección divina
Jesús agradeció al Padre por ocultar estas verdades a los sabios e inteligentes y por revelarlas a los niños. En esta afirmación, observamos el contraste entre la sabiduría humana, que a menudo busca respuestas en la lógica y el intelecto, y la elección divina, que se manifiesta en la gracia inmerecida otorgada a los humildes.
La alegría de la revelación
La alegría de Jesús y del Espíritu Santo radicaba en el hecho de que Dios había elegido revelar la verdadera naturaleza de Jesús a aquellos que estaban abiertos a recibirla. Esta revelación no era una cuestión de mérito humano, sino de la gracia bondadosa de Dios.
La elección libre de Dios
La elección de Dios para revelar su verdad a los humildes es un recordatorio de que la salvación no se basa en la capacidad o el logro humano. Dios es libre de elegir a quien Él quiera, incluso a aquellos que son considerados débiles o insignificantes.
Un llamado a la humildad y la gratitud
Este pasaje nos invita a reflexionar sobre nuestra propia posición y a reconocer que la salvación es un don gratuito que no podemos ganar. Cuando aceptamos nuestra humildad y confiamos en la gracia de Dios, experimentamos la misma alegría que Jesús sintió al ver la revelación de su identidad a los humildes.
Preguntas frecuentes
¿Cuántos pasajes en los Evangelios mencionan que Jesús se regocijó?
Dos pasajes.
¿Quién llena a Jesús para regocijarse?
El Espíritu Santo.
¿Por qué se regocija la Trinidad?
Por el amor libre y selectivo de Dios de ocultar verdades a los sabios y revelarlas a los niños.
¿Qué oculta Dios del Padre y revela a los demás?
La verdadera identidad espiritual del Hijo.
¿Según qué criterio elige Dios a sus elegidos?
Según su propio buen placer y gozo.
¿Qué contradice la elección de Dios?
El mérito humano.
¿A quién revela Dios sus secretos?
A los más indefensos e ineficaces.
¿Cómo reaccionan Jesús y el Espíritu Santo cuando ven la elección libre de Dios?
Se regocijan y complacen en la decisión de su Padre.
¿Qué debemos hacer cuando comprendemos que somos parte de los elegidos?
Unirnos al regocijo de la Trinidad.