Miedo a Entregarse a Cristo: ¿Qué Hacer?
El Engaño de la Mente
La resistencia a entregarnos a Cristo a menudo proviene de un engaño en nuestra mente. Creemos que Dios nos obligará a hacer cosas que no queremos. Sin embargo, esta idea se basa en una falsedad.
El corazón humano es engañoso y pecaminoso, y el pecado solo funciona mediante el engaño. El mundo, la gente y el diablo también nos engañan, manteniéndonos alejados de la santidad y la alegría.
La Verdad Liberadora
La verdad es que si nos entregamos sinceramente a Dios, Él nos dará un corazón que desee hacer Su voluntad. En lugar de obligarnos, nos dará el anhelo de servirle.
En este momento, debido al engaño, solo podemos ver el llamado de Dios como algo que va en contra de nuestros deseos actuales. Esta es la esclavitud del engaño.
La Belleza del Reino
Cuando el reino de Dios entra en nuestras vidas, vemos algo tan valioso que vender todo lo que tenemos se vuelve un gozo. El tesoro de Jesús y la presencia de Dios en nuestras vidas son más placenteros que cualquier cosa del mundo.
La verdad de la belleza y el valor del reino nos libera del engaño que nos dice que entregarse es algo miserable.
Cómo Vencer el Engaño
Para vencer el engaño:
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Mira el Tesoro
Contempla la gloria de Cristo y ora para que tus ojos y tu corazón vean el valor del tesoro.
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Rodéate de Creyentes
Busca el apoyo de cristianos maduros que te animen a no endurecerte por el engaño del pecado.
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Reconoce el Valor de Cristo
Declara con Pablo que todo es pérdida comparado con el conocimiento de Cristo. Él es infinitamente valioso.
¿Qué causa mi resistencia a entregarme a Cristo?
Según la Biblia, tu resistencia se debe a un engaño sobre la naturaleza de Dios y las consecuencias de la entrega. Crees que Dios te obligará a hacer cosas que no quieres, pero esta creencia es falsa.
¿Cuál es la verdad que me liberará de este engaño?
La verdad es que si te entregas sinceramente a Dios, él te dará un corazón que anhela hacer lo que él te llama a hacer. Te mostrará la belleza y el valor del reino de los cielos, haciendo que el sacrificio y la obediencia sean una alegría, no una carga.
¿Cómo puedo vencer este engaño?
Mira fijamente a Jesús, el tesoro, y contempla su gloria. Ora por ojos que vean y un corazón que sienta el asombro de este tesoro. Rodéate de cristianos maduros que te exhortarán a resistir el engaño del pecado. Reconoce que el conocimiento de Cristo es más valioso que cualquier sacrificio que puedas hacer.
