¿La esperanza: un arma de doble filo?

La esperanza en el fútbol y en la vida

En el ámbito del fútbol, muchos aficionados afirman que "la esperanza es lo que te mata". ¿No es mejor tener bajas expectativas que ilusionarse con el triunfo solo para verlas desvanecerse de manera cruel?

En un sentido más amplio, la esperanza es un anhelo optimista de que algo bueno ocurra en esta vida o, para los creyentes, en la siguiente. Es parte de nuestra naturaleza humana esperar buena salud, un matrimonio feliz, un clima agradable o unas vacaciones placenteras.

La esperanza cristiana: una certeza inquebrantable

En el cristianismo, la esperanza es diferente. Es un don del Espíritu que nos permite esperar con alegría lo que Dios ha prometido a través de Jesucristo. Tiene una base trinitaria.

La grandeza de nuestra esperanza

La esperanza cristiana se dirige a Dios porque él es "el Dios de la esperanza" (Romanos 15:13). Debido a la resurrección de Cristo, Pedro dice: "Nuestra fe y esperanza están en Dios" (1 Pedro 1:21). Cuanto más deseable y excelente nos parezca Dios, mayor será el papel que desempeñe la esperanza en nuestras vidas.

Un dios pequeño genera una esperanza pequeña; pero conocer a Dios y a Cristo (Juan 17:3), que es vida eterna, es la base para poseer una esperanza que brota en nuestras almas cada día. El salmista describe a la persona bendecida como la que "tiene al Dios de Jacob por ayuda, cuya esperanza está en el Señor su Dios" (Salmo 146:5).

La promesa de Dios

La esperanza cristiana se caracteriza por ciertas condiciones: debe ser buena, futura, implicar cierto grado de dificultad (como el sufrimiento paciente) y estar fundamentada en las promesas de Dios. Quienes perseveren en la fe alcanzarán lo que esperan: la visión de nuestro Salvador (Tito 2:13).

Esta esperanza de la visión beatífica de Cristo se basa no solo en el hecho de que sabemos que volverá, sino también en el conocimiento de que Dios habita en nosotros. Esto explica el lenguaje de Pablo en Romanos 15:13: "Que el Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz en la fe, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo".

La esperanza purifica

La vida de esperanza trae muchos beneficios al cristiano, como la expectativa de vida eterna (Tito 1:2; 3:7), salvación (1 Tesalonicenses 5:8), cielo (Colosenses 1:5), resurrección (Hechos 23:6), el evangelio (Colosenses 1:23), el llamado de Dios (Efesios 1:18; 4:4) y nuestra herencia (Efesios 1:18).

Pero la esperanza también implica un "deber": la purificación de nuestras almas: "Todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro" (1 Juan 3:3).

Una esperanza diferente

En la iglesia actual, hemos subestimado la motivación futura (nuestra esperanza cristiana) para vivir una vida santificada. Al igual que con la Cena del Señor, no solo miramos hacia atrás a la muerte de Cristo, sino también al Cristo resucitado y hacia las bendiciones futuras que nos esperan. Esta es la purificación de los verdaderamente esperanzados.

Nuestra esperanza es diferente a la del mundo. La esperanza del mundo es a menudo vaga, incierta, un deseo lanzado a las estrellas. Pero la esperanza cristiana es sólida, segura, futura y purificadora. Dura tanto como el Dios eterno y es tan alta como él. Él es nuestra esperanza, porque aparte de él, tal cosa no existe (Efesios 2:13).

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Preguntas Frecuentes

¿Qué es la esperanza cristiana?

La esperanza cristiana es una virtud dada por el Espíritu que nos permite esperar con alegría lo que Dios ha prometido a través de Jesucristo.

¿Cómo difiere la esperanza cristiana de la esperanza mundana?

La esperanza cristiana se basa en las promesas de Dios y es segura y cierta, mientras que la esperanza mundana a menudo es vaga e incierta.

¿Por qué es importante tener esperanza cristiana?

La esperanza cristiana nos sostiene en tiempos de dificultad, nos motiva a vivir vidas santas y nos da una anticipación del regreso de Cristo.

¿Cómo podemos purificarnos en nuestra esperanza?

Purificamos nuestras almas al creer en las promesas de Dios y vivir de acuerdo con ellas, deseando ser como Cristo.

¿Cómo se relacionan la fe, la esperanza y el amor?

La fe cree, la esperanza espera y el amor desea. Estas tres virtudes trabajan juntas para sostener nuestra vida cristiana.

¿Qué nos motiva la esperanza cristiana?

La esperanza cristiana nos motiva a vivir una vida santificada, a esperar el regreso de Cristo y a anticipar las bendiciones futuras que Dios tiene para nosotros.

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