¿Envía Dios "fuertes engaños" al mundo?

El rechazo al amor a la verdad

Las Sagradas Escrituras nos revelan que quienes se pierden lo hacen porque rechazaron abrazar el amor a la verdad (2 Tesalonicenses 2:10). Este amor es más que simplemente aceptar la verdad; implica un deleite y una estima por ella. Sin embargo, el corazón humano se resiste tanto a la verdad como al amor por ella, descrito como una "dureza de corazón" (Efesios 4:18).

El engaño de Satanás y el "fuerte engaño" de Dios

Como resultado de este rechazo, Satanás engaña a los que perecen con "engaño de injusticia" (2 Tesalonicenses 2:9-10). Además, Dios mismo envía un "fuerte engaño" para que aquellos que se niegan a amar la verdad crean en la falsedad (2 Tesalonicenses 2:11).

¿Podemos orar por liberación?

El texto enfatiza que el placer en la injusticia es la razón por la que las personas son condenadas (2 Tesalonicenses 2:12). Este placer en el pecado es profundo y deleitoso, impidiéndonos amar y creer en la verdad.

Sin embargo, el texto también ofrece esperanza. Dios es el único que puede liberar a alguien de esta esclavitud al placer del pecado. Incluso en las circunstancias más desesperadas, podemos clamar a Dios por liberación, como lo hicieron los escritores de Lamentaciones (Lamentaciones 1:5, 5:21).

El engaño y el "fuerte engaño" son consecuencias graves del rechazo a la verdad. Sin embargo, la esperanza permanece en que Dios puede intervenir y cambiar nuestros corazones, dándonos el amor y el deleite por su verdad. No debemos desesperar, sino clamar a él por liberación, confiando en su poder y misericordia.

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¿Es Dios quien envía 'fuertes engaños' al mundo?

Dios no envía engaños al mundo, sino que es el resultado de la resistencia humana a la verdad. Dios permite que los que rechazan la verdad sean engañados como castigo por su rechazo.

¿Puede una persona que no cree ser salva pedirle a Dios que le permita amar la verdad?

Sí, incluso aquellos que han resistido previamente la verdad pueden pedirle a Dios que les permita amarla. La oración es la única forma de escapar de la esclavitud del engaño y del placer en la injusticia.

¿Cómo operan el engaño de Satanás y el engaño de Dios?

El engaño de Satanás es una mentira que conduce a la perdición, mientras que el engaño de Dios es un castigo que permite que los que rechazan la verdad sean engañados. Dios puede quitar las barreras a la decepción satánica, permitiendo que se vuelva abrumadora.

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