El Fariseo y el Recaudador de Impuestos: Una Parábola sobre la Justificación
La Autojustificación: Un Error Fatal
En la parábola del fariseo y el recaudador de impuestos, Jesús expone el grave error de confiar en la propia justicia. El fariseo se jactaba de su rectitud moral y religiosa, agradeciendo a Dios por su superioridad. Sin embargo, a pesar de sus virtudes, su confianza en sí mismo lo llevó a la condenación.
La Justificación Verdadera: Mirar a Cristo
En contraste, el recaudador de impuestos, consciente de su pecaminosidad, imploró misericordia a Dios. Y Jesús afirmó que fue él quien "justificado" regresó a su casa. La justificación no se encuentra en nuestra propia bondad, sino en volvernos a Cristo y confiar en su justicia perfecta.
La Importancia de la Sombra de la Cruz
Esta parábola cobra pleno sentido cuando la vemos a la luz de la cruz de Jesús. Su sacrificio expiatorio fue el fundamento de nuestra justificación. Al creer en Cristo y su obra, recibimos su justicia y somos declarados justos ante Dios.
Evitar la Autosuficiencia
Es esencial evitar la autosuficiencia y confiar únicamente en Cristo. La justificación no proviene de nuestras obras o logros, sino de la obra salvadora de Jesús. Al reconocer nuestra incapacidad de justificarnos a nosotros mismos, podemos experimentar la verdadera justicia a través de la fe en Él.
Preguntas Frecuentes
¿Qué se puede aprender de la historia de los fariseos y el recaudador de impuestos?
- Es crucial evitar confiar en la propia justicia y en cambio buscar la misericordia de Dios.
- La justificación viene de Dios por medio de la fe en Cristo, no por nuestras propias obras.
¿Por qué el fariseo no fue justificado?
- Confió en su propia justicia basada en la moralidad y las prácticas religiosas.
- No reconoció su pecado y necesidad de la misericordia de Dios.
¿Por qué el recaudador de impuestos fue justificado?
- Reconoció su pecado y pidió misericordia a Dios.
- Confió en la misericordia de Dios, no en sus propias obras.
¿Qué papel juega la cruz en la justificación?
- La cruz representa el sacrificio de Cristo, que pagó el castigo por nuestros pecados.
- Al creer en Cristo y su sacrificio, recibimos su justicia y somos declarados justos ante Dios.
¿Cuál es la base de nuestra justificación?
- La gracia de Dios por medio de la fe en Jesucristo.
- No se basa en nuestra propia justicia o mérito.