Cuando termine la estación: Cómo dejar ir lo bueno

El paso del tiempo y el valor de las cosas buenas

Vivimos en un mundo en constante cambio, donde las cosas buenas son efímeras por naturaleza. Los niños crecen, el cabello se vuelve gris, las lunas de miel se desvanecen y las amistades se diluyen. Estos hechos son inevitables, pero a menudo tratamos de negarlos o escapar de ellos.

Intentamos capturar momentos preciosos en fotografías, coreografiar experiencias para disfrutarlas y aferrarnos a las relaciones como si el tiempo pudiera detenerse. Sin embargo, por mucho que lo intentemos, no podemos evitar que las buenas épocas se conviertan en recuerdos.

La mano que sostiene nuestras estaciones

La brevedad de las buenas épocas puede parecer cruel, pero para los cristianos, la Escritura nos ayuda a verlas desde una perspectiva diferente. En última instancia, no es el tiempo quien nos quita nuestros mejores días, sino Dios (Job 1:21). Y en su sabiduría, nos da las estaciones que necesitamos, pero las recupera para recordarnos que no nos pertenecen.

Sellando el tiempo con la eternidad

Aunque no podamos evitar que las cosas buenas se nos escapen, podemos aprender a vivir en ellas de manera más sabia. Cuando estamos dispuestos a soltar los buenos regalos, podemos disfrutarlos más plenamente. Además, sabemos que incluso si se desvanecen en esta vida, Jesús puede sellarlos con la eternidad.

Las buenas obras hechas para Cristo no quedan en el olvido. En cambio, serán recordadas, recompensadas y conmemoradas en las calles de la Nueva Jerusalén. El tiempo puede llevarse nuestros mejores días, pero Dios puede devolverlos aún mejores.

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Anhelando el cielo

Cuando sentimos que el tiempo se nos escapa y las cosas buenas se nos escapan, podemos recordar que estamos anhelando la vida con Jesús. El cielo será una estación eterna sin tristeza ni dolor. Allí disfrutaremos de un cambio sin despedidas, un crecimiento sin pérdidas y una época sin tristeza.

Así que cuando nos digan: "Estás viviendo algunos de los mejores días de tu vida", podemos responder: "Quizás de esta vida, pero los mejores días comenzarán cuando esta termine".

¿Por qué es importante aprender a dejar ir las cosas buenas?

Porque todas las cosas buenas en este mundo son fugaces y reconocer esta verdad nos ayuda a apreciarlas más plenamente y a encontrar libertad en Dios, quien controla nuestras temporadas.

¿Cómo debemos ver nuestras temporadas de vida?

Como regalos de Dios que debemos recibir con gratitud y entregar con alegría cuando Él los tome de vuelta.

¿Qué esperanza nos da la resurrección de Cristo con respecto a nuestras temporadas pasadas?

Que las cosas buenas que hemos hecho para Cristo no se perderán, sino que serán recordadas, recompensadas y memorializadas en la eternidad.

¿Cómo podemos vivir de manera más centrada en el cielo?

Reconociendo que nuestros anhelos por temporadas eternas y sin pérdidas apuntan a nuestro verdadero hogar con Jesús.

¿Cómo podemos responder al comentario "Estás viviendo los mejores días de tu vida"?

"Tal vez de esta vida. Pero mejores días comenzarán cuando esta vida termine".

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