¿Por qué la ira de Dios no es tan mala como crees?
1. La ira de Dios es justa
A menudo se acusa al Dios del Antiguo Testamento de ser cruel e injusto. Sin embargo, la Biblia enseña que su ira es justa. Castiga el pecado porque es lo correcto, no porque sea caprichoso.
2. La ira de Dios es terrible
Debemos temer la ira de Dios porque somos pecadores que merecen su juicio. Es un Dios poderoso que puede hacer lo que promete, incluido el castigo eterno.
3. La ira de Dios es constante en el Antiguo y Nuevo Testamento
Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento describen la ira de Dios con términos temibles. No es una idea que se suavizó con el tiempo.
4. La ira de Dios es su amor en acción contra el pecado
Aunque parezca contradictorio, la ira de Dios es una expresión de su amor. Ama tanto su santidad y justicia que no puede tolerar el pecado. Su ira protege su gloria y el bien del universo.
5. La ira de Dios es satisfecha en Cristo
La buena noticia es que podemos escapar de la ira de Dios a través de Jesucristo. Al morir en la cruz, Cristo llevó nuestro castigo sobre sí mismo. Al creer en él, podemos ser perdonados de nuestros pecados y reconciliados con Dios.
Preguntas Frecuentes sobre la Ira de Dios
¿Por qué Dios es considerado justo en su ira?
R: La ira de Dios se corresponde con su justicia, ya que es una reacción apropiada a la pecaminosidad humana (Romanos 2:5).
¿Por qué debemos temer la ira de Dios?
R: Todos hemos pecado y somos condenados ante Dios (Romanos 3:23). Su ira es temible porque tiene el poder de castigarnos eternamente (Mateo 25:46).
¿La ira de Dios difiere en el Antiguo y el Nuevo Testamento?
R: No, la ira de Dios es consistente en ambos testamentos, con descripciones tanto temibles como amorosas (Jeremías 30:23; Nahum 1:2; Romanos 1:18; Apocalipsis 19:15).
¿Cómo puede la ira de Dios ser una muestra de amor?
R: Dios ama su gloria y debe actuar con justicia (Romanos 11:36). Su ira contra el pecado es motivada por su amor por su gloria.
¿Cómo se satisface la ira de Dios?
R: La ira de Dios se satisface plenamente en Cristo (1 Timoteo 1:15). A través de la muerte y resurrección de Jesús, los pecadores pueden ser justificados y salvados de la ira venidera.
