Su dolor no será en vano

El propósito del dolor en nuestra vida

El sufrimiento es una parte inevitable de la vida humana, pero ¿qué propósito tiene? ¿Por qué experimentamos dolor y angustia?

La Biblia nos enseña que Dios usa el sufrimiento para nuestros beneficios. El dolor puede exponer nuestro pecado, llevarnos a la fe, fortalecer nuestra fe y desarrollar nuestra paciencia y resistencia.

Cómo el dolor presente produce gloria futura

Cuando sufrimos, es fácil cuestionar la bondad de Dios. Sin embargo, la Biblia nos asegura que incluso nuestro dolor más intenso tiene un propósito en nuestro viaje espiritual.

2 Corintios 4:17 dice: "Esta leve aflicción pasajera está obrando para nosotros un peso eterno de gloria que sobrepasa toda comparación". Esta afirmación nos muestra que el dolor que experimentamos ahora es temporal y que está produciendo una gloria eterna que es mucho mayor que cualquier sufrimiento que podamos enfrentar.

El significado de "gloria eterna"

¿Qué es exactamente esta "gloria eterna"? La Biblia nos da un vistazo de lo que nos espera en el cielo:

  • Veremos a Cristo resucitado y glorificado.
  • Seremos como él, con cuerpos glorificados.
  • Disfrutaremos de la felicidad y la alegría eternas.
  • Escucharemos a Dios decirnos: "Bien hecho, siervo bueno y fiel".
  • Compartiremos el gobierno del mundo con Cristo.

Un consuelo para los momentos difíciles

Cuando enfrentamos el sufrimiento, recordar esta gloria venidera puede ser un consuelo. Nos ayuda a mantenernos firmes, sabiendo que nuestro dolor es momentáneo y que está obrando para nuestro bien eterno.

El dolor es una parte difícil de la vida, pero no es en vano. Dios lo usa para transformarnos, fortalecer nuestra fe y prepararnos para una gloria eterna que supera con creces cualquier sufrimiento que podamos experimentar en esta tierra.

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Preguntas frecuentes sobre el sufrimiento y su relación con la gloria eterna

¿Por qué se dice que sufrimos con un propósito?

Según las Escrituras, el sufrimiento tiene un propósito divino. Nos expone nuestro pecado, nos impulsa a confiar en Dios, desarrolla en nosotros esperanza, santidad y resistencia, y nos capacita para consolar a otros y encarnar el evangelio.

¿Qué pasa con el sufrimiento que no parece tener un beneficio obvio?

Incluso cuando el sufrimiento no produce ningún beneficio discernible en esta vida, promete una recompensa eterna. Romanos 8:18 y Mateo 5:11-12 enfatizan que nuestros sufrimientos presentes no son comparables con la gloria venidera que Dios nos revelará.

¿Cómo se relaciona nuestro sufrimiento actual con la gloria eterna?

2 Corintios 4:17 afirma que nuestra "aflicción ligera y momentánea está preparando para nosotros un peso eterno de gloria más allá de toda comparación". El sufrimiento endurecido en la fe produce una gloria inimaginable en la eternidad.

¿Qué incluye esta gloria eterna?

La gloria eterna incluye ver a Cristo resucitado, ser como él con cuerpos glorificados, disfrutar de la plenitud de la alegría en un mundo diseñado para nuestro deleite, ser recompensados por nuestra fidelidad y compartir la herencia con Cristo.

¿Cómo debemos responder al sufrimiento a la luz de la gloria venidera?

Debemos recordar que nuestros sufrimientos tienen un propósito eterno. Incluso en medio de pruebas difíciles, debemos mantener la esperanza y confiar en que Dios está obrando para nuestro bien en la eternidad. 2 Corintios 4:16 nos exhorta a "no perder el ánimo", sabiendo que nuestros sufrimientos son temporales y que nuestra renovación interior es constante.

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