¿Seguir a tu corazón es el camino correcto?
Un engaño peligroso
"Sigue tu corazón" es un mantra que muchos creen con fervor. Pero, ¿es realmente sabio? Jon Bloom, autor y cofundador de Desiring God, expone los peligros de dejarse guiar por nuestros caprichos internos.
El corazón: un guía descarriado
Bloom señala que nuestros corazones tienen tendencias sociopáticas. Fueron creados para ser guiados, no para ser dioses a los que adoramos. Cuando nos apoyamos únicamente en nuestros corazones, nos volvemos vulnerables a sus engaños y tentaciones.
31 meditaciones para un corazón renovado
En su libro "No sigas a tu corazón", Bloom ofrece 31 meditaciones para ayudarnos a restablecer la salud de nuestros corazones. Estas meditaciones abordan problemas comunes como la ansiedad, la duda y la codicia.
Siguiendo a Jesús, no a nuestro corazón
Bloom anima a los lectores a seguir a Jesús en lugar de a sus propios corazones. Jesús es el verdadero pastor, el que guía nuestros corazones hacia la verdad y la justicia. Al resistir los impulsos erróneos de nuestros corazones y orientarlos hacia la voluntad de Dios, encontramos la verdadera libertad y la plenitud.
¿Quién es Jon Bloom?
- Es maestro y cofundador de Desiring God.
- Es autor de cuatro libros, incluyendo "Not by Sight" y "True to His Word".
- Está casado y tiene cinco hijos.
- Reside en las Ciudades Gemelas.
¿Qué es el credo "Sigue a tu corazón"?
- Una creencia popular que promueve la confianza en el propio corazón.
- Un mito cultural presente en historias, películas y canciones.
- A menudo se percibe como simple, atractivo y liberador.
¿Por qué es problemático "seguir a tu corazón"?
- El corazón tiene tendencias sociopáticas.
- El corazón debe ser guiado, no seguido.
- El corazón no debe ser un dios, sino creer en Dios.
¿Qué ofrece el libro de Jon Bloom?
- 31 meditaciones para recalibrar el corazón.
- Ayuda para problemas comunes del corazón.
- Reconoce que los mayores problemas de la vida son problemas del corazón.
- Guía para seguir a Jesús resistiendo las inclinaciones errantes del corazón y dirigiéndolo hacia la voluntad de Dios.