¿Quién comprenderá el misterio de la salvación?
Un siervo extraordinario
¿Quién podría creer lo que hemos presenciado? Dios eligió a un ser humano común y corriente, un siervo sin apariencia ni atractivo, para ser el instrumento de su salvación. Este siervo fue despreciado y rechazado, un hombre de sufrimientos y aflicciones. Al verlo, la gente apartaba la mirada, considerándolo un paria.
El sacrificio del siervo
Pero en realidad, fue él quien cargó con nuestros sufrimientos y enfermedades. Creímos que Dios lo castigaba por sus propios pecados, pero no fue así. Nuestros pecados lo desfiguraron y lo quebrantaron. Él soportó el castigo para que nosotros fuéramos sanados.
La redención a través del sacrificio
Éramos como ovejas descarriadas, cada uno siguiendo su propio camino. Pero Dios puso todos nuestros pecados sobre él. Fue maltratado y torturado, pero permaneció en silencio, como un cordero llevado al matadero. Fue ejecutado injustamente, sin comprender la magnitud de su sacrificio.
El plan divino
A pesar de su muerte, el plan de Dios se cumplió. Al entregarse a sí mismo como ofrenda por el pecado, el siervo dio vida a muchos. Dios lo exaltó en gran manera, porque enfrentó la muerte sin temor y se identificó con los pecadores.
Preguntas Frecuentes
¿Quién es el siervo mencionado en este pasaje?
El siervo es Jesucristo, el Mesías prometido.
¿Cómo fue la apariencia y el comportamiento del siervo?
Era poco atractivo, rechazado y lleno de sufrimientos.
Permaneció en silencio ante la injusticia y la tortura.
¿Por qué sufrió el siervo?
Llevó los pecados y sufrimientos de la humanidad.
Fue el sustituto de los pecadores, asumiendo su castigo.
¿Qué beneficios provienen del sufrimiento del siervo?
Sanidad y salvación para los que creen.
Justificación y vida eterna para los que confían en él.
¿Cuál era el plan de Dios para el sufrimiento del siervo?
Redimir a la humanidad del pecado.
Demostrar el amor y la misericordia de Dios.
Traer vida y esperanza a un mundo perdido.
¿Cómo será recompensado el siervo?
Con la mejor de las posiciones y honores.
Con la satisfacción de ver el fruto de su sacrificio.
Con la autoridad sobre todos los que recibieron la salvación a través de él.