¿Qué sucede con la visión de Isaías y su llamado?
La visión:
En el año de la muerte del rey Uzías, Isaías tuvo una visión impresionante. Vio al Señor sentado en un trono elevado, su túnica llenando el templo. Seres celestiales con seis alas lo rodeaban, cubriendo sus rostros, pies y volando con las restantes. Clamaban: "¡Santo, santo, santo, es el Señor de los Ejércitos! ¡Toda la tierra está llena de su gloria!".
El reconocimiento de pecado y la purificación:
Isaías, al percibir la santidad de Dios, se sintió abrumado por su impureza. Reconoció su pecado y el de su pueblo. Un serafín voló hacia él, sosteniendo un carbón encendido del altar. Tocó sus labios con él, diciendo: "Esto ha tocado tus labios, tu pecado es perdonado".
El llamado:
Entonces, Isaías escuchó la voz del Señor preguntando: "¿A quién enviaré y quién irá por nosotros?". Isaías respondió con valentía: "¡Aquí estoy, envíame!".
¿Por qué es significativa la visión de Isaías?
La visión de Isaías fue significativa porque le permitió experimentar la santidad de Dios y la gravedad de su propio pecado. Esta experiencia lo llevó a la humildad y al arrepentimiento, y a una comprensión más profunda de su papel como mensajero de Dios.
¿Quiénes eran los serafines?
Los serafines eran seres celestiales que atendían el trono de Dios. Se caracterizaban por sus seis alas, que utilizaban para cubrir sus rostros, pies y volar.
¿Qué simboliza el carbón vivo?
El carbón vivo simbolizaba la purificación y el perdón. Cuando el serafín tocó los labios de Isaías con el carbón, eliminó su culpa y pecado.
¿Qué aprendió Isaías sobre Dios a través de esta visión?
Isaías aprendió que Dios es santo y glorioso, pero también misericordioso y perdonador. La visión le dio una nueva apreciación de la gracia de Dios y de su propio papel como mensajero de su palabra.
¿Cómo respondió Isaías a la llamada de Dios?
Isaías respondió a la llamada de Dios con humildad y obediencia. Reconoció su propia insuficiencia, pero confió en el poder de Dios para equiparlo y enviarlo.