Contexto de Mateo 18:18

Jesús pronunció estas palabras en privado a sus discípulos mientras estaban en una casa de Capernaum (Mateo 17:24-25; 18:1). En ese momento, estaban discutiendo quién era el más grande en el reino de los cielos (Mateo 18:1).

¿Para quién era la promesa?

Aunque Jesús dirigió estas palabras a sus discípulos, el alcance de la promesa es más amplio. El lenguaje de “la iglesia” (v. 17) y el principio de Mateo 18:20 (“donde dos o tres se reúnan en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”) sugieren que esta promesa también se aplica a todos los creyentes.

El significado de “atar en la tierra”

En el contexto cultural y lingüístico de la época de Jesús, “atar” y “desatar” se referían a “condenar” y “absolver” respectivamente. Jesús estaba delegando a sus seguidores la autoridad de tomar decisiones sobre la disciplina de otros creyentes en casos de pecado persistente.

¿Qué significa para nosotros hoy?

La promesa de Mateo 18:18 conlleva una gran responsabilidad para los líderes de la iglesia. Les encarga:

  • Reconciliación: Trabajar para restaurar las relaciones entre los creyentes que pecan unos contra otros (Mateo 18:15-17).

  • Disciplina: Tomar medidas cuando un creyente persiste en el pecado, con el objetivo de su arrepentimiento y restauración (Mateo 18:15-17).

  • Autoridad delegada: Ejercer la autoridad de Jesús para condenar o absolver, no con mano dura sino con gracia y el fin de la reconciliación.

Preguntas Frecuentes sobre “Lo que ates en la tierra…” (Mateo 18:18)

¿A quién estaba destinada la promesa de atar y desatar?
R: La promesa fue hecha directamente a los discípulos de Jesús, pero también se aplica a todos los cristianos.

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¿Qué significaba “atar en la tierra” para la audiencia original?
R: Significaba declarar a alguien culpable de pecado persistente dentro de la comunidad de fe.

¿Cuál es el propósito de atar y desatar en la iglesia hoy?
R: Es para restaurar las relaciones correctas y la comunión entre los miembros de la familia de fe.

¿Cómo debemos proceder cuando un hermano o hermana peca?
R: Primero debemos hablar con ellos directamente; luego, si es necesario, llevamos testigos y, finalmente, llevamos el asunto a la iglesia.

¿Cuándo podemos “atar” a alguien?
R: Solo después de que hemos seguido el proceso descrito por Jesús (Mateo 18:15-20) y la persona se ha negado a reconciliarse.

¿Qué significa “desatar” a alguien?
R: Significa restaurar completamente la comunión con la persona que se ha apartado del pecado.

¿Cuál es la responsabilidad de los líderes de la iglesia en este asunto?
R: Tienen la grave responsabilidad de ejercer esta autoridad con gracia, reconciliación y el objetivo final de restaurar a los hermanos y hermanas pecadores.

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