¿Qué oraciones funcionan?
Todos queremos que nuestras oraciones sean eficaces. ¿Cuáles son las oraciones que garantizan un impacto? Para descubrirlo, podemos comenzar con la asombrosa promesa de Jesús en Juan 15:7: "Si permanecen en mí, y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran, y se les concederá". ¡Pide lo que quieras! Qué promesa tan asombrosa y abierta para impulsar nuestra vida de oración. Sin embargo, está condicionada por lo que hace que una vida de oración sea eficaz.
El secreto de una oración eficaz
¿Captaste la clave? "Si mi palabra permanece en ustedes". John Piper predicó un sermón sobre este texto en 1993, titulado "Pide lo que quieras". Explicó que la clave para una vida de oración eficaz es tener las palabras de Jesús morando en nosotros. Esto nos prepara para una oración fructífera.
La oración es para deseos espirituales
La oración no es para gratificar deseos naturales. Es un regalo para la alegría y satisfacción de aquellos cuyos corazones están en sintonía con Dios, que guardan sus mandamientos y hacen lo que le agrada. Si no tienes interés en obedecer a Dios, en alinear toda tu vida con sus valores y en que tus deseos surjan de los suyos, la oración no es para ti. Santiago lo expresó así: "Piden y no reciben, porque piden con malas intenciones, para gastarlo en sus pasiones" (Santiago 4:3).
La oración es para alinear nuestras vidas con los deseos de Dios, no para pedirle los medios para complacer al mundo. La oración no es para satisfacer y gratificar deseos naturales, sino para santificar el nombre de Dios, buscar su reino y hacer su voluntad.
"El principal desafío en la oración es convertirnos en el tipo de personas que no están dominadas por los deseos naturales".
Cómo las palabras de Jesús nos preparan para orar
Las palabras de Jesús que permanecen en nosotros nos preparan para una oración fructífera. Si la oración no es para gratificar nuestros deseos naturales, sino para dar fruto para Dios, entonces el mayor desafío al comienzo de nuestra vida de oración es convertirnos en personas que no estén dominadas por los deseos naturales.
Esto es lo que Pablo llama dejar de ser una persona natural y convertirse en una persona espiritual. Por supuesto, queremos comer. Por supuesto, queremos tener éxito. Por supuesto, queremos ropa en la espalda, un techo sobre nuestras cabezas y educación para nuestros hijos. Pero si esas cosas no están subordinadas en nuestras vidas a los grandes asuntos que nos impulsan, no vamos a orar con éxito. La oración será tan mundana, tan terrenal, tan poco espiritual, que Dios se preguntará qué tiene que ver con Él. "Si permanecen en mí, y mis palabras permanecen en ustedes", se convertirán en ese tipo de personas: "Pidan lo que quieran, y se les concederá" (Juan 15:7).
Seis maneras en que las palabras de Jesús nos preparan para orar
- Nos humillan: La palabra de Dios nos muestra quiénes somos realmente y nos hace reconocer nuestros pecados.
- Exaltan a Jesús: Nos ayudan a conocer la verdad sobre Jesús y su importancia.
- Derrotan a Satanás: Nos protegen de las trampas del maligno y nos permiten vencerlo.
- Producen amor: Nos enseñan el camino del amor y nos ayudan a orar por los demás.
- Nos dan seguridad: Nos aseguran que somos hijos de Dios y que Él nos escucha.
- Nos santifican: Nos limpian y nos hacen más semejantes a Cristo.
Oración en armonía
Hay muchas otras formas en que la palabra de Dios que permanece en nosotros nos capacita para orar. Estas seis son esenciales para ayudarnos a alinearnos con Dios y escuchar la promesa: "Pidan lo que quieran, y se les concederá".
¿Cómo puedo asegurarme de que mis oraciones sean efectivas?
Para orar eficazmente, debemos alinearnos con la voluntad de Dios. Esto incluye mantener los mandamientos de Dios y buscar su voluntad en nuestras vidas.
¿Por qué la oración no debe utilizarse para satisfacer deseos egoístas?
La oración no es un medio para gratificar los deseos mundanos, sino para alinear nuestras vidas con los propósitos de Dios. Cuando pedimos cosas que no están en armonía con su voluntad, obstaculizamos nuestra capacidad de orar eficazmente.
¿Cuál es el principal desafío en la oración?
El mayor desafío en la oración es superar los deseos naturales y centrarse en los deseos espirituales. Debemos buscar la conformidad con la voluntad de Dios en lugar de perseguir nuestros propios deseos.
¿Cómo nos prepara la palabra de Jesús para la oración fructífera?
La palabra de Jesús que permanece en nosotros nos prepara para la oración fructífera al:
- Humillándonos y dándonos una visión realista de nosotros mismos.
- Exaltando a Jesús y dando un conocimiento verdadero de su naturaleza divina.
- Derrotando a Satanás y protegiéndonos de sus engaños.
- Enseñándonos el camino del amor, en el que se responden las oraciones.
- Asegurándonos de nuestra elección y ayudándonos a superar las dudas sobre nuestra fe.
- Santificándonos y capacitándonos para vivir en santidad.