¿Qué le depara el futuro a Jerusalén?

El Juicio Divino sobre las Naciones

El profeta Zacarías proclama un mensaje de juicio divino sobre las naciones que se opongan a Jerusalén. Dios declara que "hará de Jerusalén una copa de mareo para todos los pueblos de alrededor" (Zacarías 12:2). Aquellos que intenten atacar a Judá y Jerusalén serán severamente castigados, y todas las naciones que se unan contra ella quedarán destrozadas.

La Protección de Dios sobre Jerusalén

Sin embargo, en medio del juicio, Dios promete protección a Jerusalén. Dice: "En aquel día, pondré a Jerusalén como una piedra muy pesada para todos los pueblos" (Zacarías 12:3). Los que intenten moverla se herirán, y los líderes de Judá serán como "un brasero en un montón de leña" (Zacarías 12:6), devorando a sus enemigos.

El Espíritu de Gracia y Súplica

Tras el juicio, Dios derramará un "espíritu de gracia y de súplica" sobre Jerusalén (Zacarías 12:10). El pueblo reconocerá sus pecados y se volverá a Dios con arrepentimiento. Mirarán a Aquel a quien han traspasado y llorarán por Él como por un hijo único.

El Gran Lamento

Este reconocimiento conducirá a un gran lamento en Jerusalén, comparable al lamento en Hadad-rimón (Zacarías 12:11). Cada familia lamentará por sí misma, reconociendo su propio pecado y la necesidad de la misericordia de Dios.

El futuro de Jerusalén es un cuadro de juicio y salvación. Dios castigará a sus enemigos, protegerá a su pueblo y derramará su gracia sobre ellos. El arrepentimiento y el reconocimiento de sus pecados conducirán a un tiempo de renovación y restauración.

Preguntas Frecuentes

¿Cuál es la carga de la palabra del Señor contra Israel?

Es una profecía sobre la futura liberación de Jerusalén.

¿Cómo describe el Señor su papel?

Como el creador de los cielos, la tierra y el espíritu humano.

¿Qué le sucederá a Jerusalén?

Se convertirá en una copa de embriaguez para las naciones que la asedien, y un obstáculo pesado para aquellos que intenten destruirla.

¿Qué juicio vendrá sobre los enemigos de Jerusalén?

Sus caballos serán confundidos, sus jinetes enloquecidos y sus tropas cegadas por la ira del Señor.

¿Quiénes brindarán apoyo a Jerusalén?

Los gobernadores de Judá y el propio Señor.

¿Cómo serán defendidos los habitantes de Jerusalén?

Por el poder del Señor, haciéndolos fuertes como David y el Ángel del Señor.

¿Qué sucederá con los enemigos de Jerusalén?

Serán destruidos.

¿Qué derramará el Señor sobre la casa de David y los habitantes de Jerusalén?

El Espíritu de gracia y súplica.

¿Qué harán las personas cuando vean al Señor?

Lo llorarán como a un hijo único, lamentando haberlo traspasado.

¿Qué tipo de duelo habrá en Jerusalén?

Un gran duelo, como el duelo de Hadad Rimmon.

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