¿Qué es la verdadera humildad?
La verdadera humildad no es común, es una virtud excepcional. Es un rasgo del corazón que se complace en la superioridad infinita de Cristo sobre nosotros en todos los aspectos.
La raíz de la humildad
La humildad no surge de nuestra naturaleza pecaminosa, sino de nuestra percepción espiritual de la superioridad de Cristo. Al darnos cuenta de su grandeza y excelencia, experimentamos un placer que nos hace humildes.
El fruto de la humildad
La humildad produce acciones y actitudes que reflejan nuestra alegría por la superioridad de Cristo. Nos lleva a valorarnos menos y a honrar a los demás como más importantes que nosotros mismos.
La humildad en las Escrituras
- Isaías 2: Dios exalta su propia gloria y humilla el orgullo humano, llamándonos a regocijarnos en su superioridad.
- Filipenses 2: Cristo fue exaltado por Dios, y todos deben reconocer su dominio. Aquellos que se alegran de esta superioridad son verdaderamente humildes.
- 2 Corintios 4: Vemos la gloria de Cristo en el evangelio y la atesoramos como un tesoro precioso. Esta visión nos hace conscientes de nuestra propia insignificancia y nos llena de humildad.
Cómo cultivar la humildad
No te centres en tu propia humildad, sino en la grandeza de Cristo. Abre tu corazón a la Palabra de Dios y contempla las gloriosas cualidades de Jesús. Al hacer esto, la verdadera humildad crecerá en ti.
Preguntas frecuentes
¿En qué se diferencia la humildad común de la humildad poco común?
La humildad poco común es exclusiva de los cristianos y surge de su unión con Jesús a través del Espíritu Santo. La humildad común, por otro lado, es accesible para los no creyentes y se asemeja a la humildad poco común solo en apariencia externa, pero carece de su fundamento en la relación con Cristo.
¿Por qué es importante centrarse en la humildad poco común?
Porque se deriva de la grandeza de Cristo y nos dirige hacia ella, mientras que la humildad común puede distraernos de la verdadera fuente de humildad: la superioridad de Jesús.
¿Qué significa "pecado bueno"?
Aunque ciertas acciones pueden parecer buenas o beneficiosas en el ámbito secular, si no están motivadas por la fe en Jesús o no están alineadas con su palabra, son consideradas pecado ante los ojos de Dios.
¿Cómo evito obsesionarme con mi humildad?
La humildad florece cuando miramos hacia Cristo en lugar de hacia nosotros mismos. Enfocarnos en su grandeza nos ayuda a ver nuestra propia pequeñez y a ser agradecidos por su superioridad.
¿Cómo puedo cultivar la humildad poco común?
Medita en la palabra de Dios, que revela la grandeza de Cristo. Admira su gracia, misericordia, conocimiento, poder, bondad, santidad, autoridad, libertad, gloria y belleza incomparables. Permite que esta visión de su superioridad llene tu corazón de alegría y satisfacción.