¿Qué es el Becerro de Oro y por qué es tan importante en la Biblia?
El Becerro de Oro en el Éxodo
En Éxodo 32, los israelitas, tras escapar de Egipto, cayeron en un extraño suceso. Mientras los egipcios los perseguían, Dios dividió el Mar Rojo, permitiendo que los israelitas cruzaran a salvo. Sin embargo, una vez que llegaron a la otra orilla, Dios ahogó a los egipcios en el Mar Rojo. Posteriormente, mientras Moisés ascendía al Monte Sinaí para recibir los Diez Mandamientos, los israelitas demostraron su impaciencia, un comportamiento habitual en el Antiguo Testamento.
Al ver que Moisés tardaba en regresar de la montaña, los israelitas acudieron al hermano de Moisés, Aarón, y le pidieron que les fabricara un ídolo, un ídolo físico como los que habían visto en Egipto. Esencialmente, se habían impacientado con su Dios y querían otro ídolo al que adorar mientras tanto.
Aarón los complació y fabricó un becerro de oro con los pendientes de oro que llevaban, que probablemente eran los mismos tesoros que los egipcios les habían regalado tras su liberación de Egipto (Éxodo 12:35).
¿Por qué un becerro?
La elección del becerro como símbolo se debía a que los toros y los becerros eran sacrificios animales tradicionales en esa época y simbolizaban la fuerza y la fertilidad. Muchos dioses egipcios se representaban como toros, por lo que el becerro de oro era una opción natural para los israelitas que salían de Egipto. El becerro de oro representaba el poder de Dios por haberlos liberado de Egipto.
Las consecuencias del Becerro de Oro
Cuando Moisés descendió del Monte Sinaí, los israelitas ya habían sacrificado a este ídolo y se habían entregado al libertinaje. La situación se había descontrolado.
Al elegir un becerro, los israelitas pudieron haberse inspirado en los dioses de otras naciones.
- La diosa egipcia Hathor, diosa del toro, la alegría, la celebración y el amor, pudo haber influido en la forma de este ídolo.
- Otra deidad egipcia, Apis (un becerro), también pudo haber servido de inspiración.
- También se podría recurrir a El (un toro), el dios principal de la literatura cananea, o a Baal, un buey.
Sin embargo, los estudiosos a veces no están de acuerdo con esto. En el capítulo mencionado anteriormente, parece que Aarón está organizando el festival en honor a Yahvé (Éxodo 32:5), al menos inicialmente.
Este artículo sugiere que los israelitas, al principio, no pretendían que el becerro reemplazara a Dios, sino a Moisés. En cualquier caso, la adoración que siguió demuestra que sus intenciones iban mucho más allá de que el becerro de oro ocupara el lugar de Moisés.
Los becerros de oro vuelven a aparecer cuando Jeroboam, un aspirante al trono de Israel, fabrica dos de ellos (1 Reyes 12:25-33).
En ambos casos, la adoración de ídolos en forma de becerro acaba en una destrucción masiva.
El significado profundo del Becerro de Oro
- Los israelitas tomaron los dones de Dios y los convirtieron en un ídolo.
Tanto si pretendían sustituir a Moisés como mediador como si creaban un ídolo descarado, tomaron el oro que recibieron como regalo de Egipto (esencialmente, un regalo de Dios) y lo convirtieron en una abominación.
Aunque esto pueda parecernos lejano, después de todo, no adoramos becerros de oro los domingos, ¿con qué frecuencia los cristianos tomamos dones que Dios nos ha otorgado y los convertimos en objetos de adoración en lugar de adorar al propio Creador?
- Los israelitas se impacientaron.
Esperaron mucho tiempo a que Moisés regresara del Monte Sinaí con los Diez Mandamientos. Como Dios no actuaba según su agenda, decidieron tomar su propio camino y forzar su mano.
Aunque tenemos los mandatos de Dios por escrito (nuestras Biblias), a menudo nos frustramos cuando parece no actuar según nuestro calendario. Así que intentamos forzar su mano por otros medios. Podemos intentar buscar ciertas oportunidades o relaciones cuando aún no nos ha dado permiso para hacerlo.
- Los israelitas intentaron justificar sus razones para erigir el becerro de oro.
Más adelante en el pasaje, cuando Moisés confrontó a Aarón sobre la razón por la que había construido el becerro, Aarón no ofreció más que excusas.
A menudo, cuando adoramos ídolos en nuestras vidas, podemos crear nuestra propia lógica para justificar por qué adoramos algo que no sea Dios.