¿Puede algo separarnos del amor de Cristo?

El llamado de Dios

El amor de Dios es inquebrantable para aquellos que le aman y son llamados conforme a su propósito. ¿Has respondido a su llamado? ¿Amas a Dios sobre todas las cosas?

El amor inquebrantable de Cristo

Nada puede separarnos del amor de Cristo. Ni las pruebas, ni la angustia, ni la persecución pueden romper este vínculo. Somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

Arraigados y cimentados en el amor

Para comprender la profundidad del amor de Cristo, debemos estar arraigados en él. Nuestras raíces deben profundizar en el amor que nos sostiene. También debemos estar cimentados en este amor, como una edificación sobre una roca sólida.

El poder del amor mutuo

El amor de Dios por nosotros es la raíz del amor mutuo. Cuando experimentamos profundamente este amor, podemos amar a los demás con la misma intensidad. Es a través de la oración y la dependencia del amor inquebrantable de Cristo que podemos crecer en amor y unidad.

¿Quién nos separará del amor de Cristo?

Respuesta: Nada ni nadie puede separarnos del amor de Cristo (Romanos 8:35).

¿Cuáles son las dos condiciones para que todas las cosas nos ayuden para bien?

Respuesta: Amar a Dios y ser llamados conforme a su propósito (Romanos 8:28).

¿Qué significa ser llamado por Dios?

Respuesta: Es una convocatoria poderosa y efectiva que nos despierta del sueño de la ignorancia y la rebelión, permitiéndonos ver a Jesús y someternos alegremente a él.

¿Cómo se relacionan el amor de Dios y nuestro amor mutuo?

Respuesta: El amor de Dios es la raíz de nuestro amor mutuo, porque nos amamos como él nos ha amado (Juan 13:34).

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¿Cuál es la oración de Pablo para que los efesios comprendan el amor de Cristo?

Respuesta: Que estén "arraigados y cimentados en amor" para que puedan experimentar la profundidad y amplitud del amor de Cristo (Efesios 3:17-19).

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