¡Predica el Evangelio para Ti Mismo!
El Poder de tus Pensamientos Internos
Ninguna otra persona te influye más que tú mismo, y esto se debe a que nadie te habla con tanta frecuencia como tú lo haces. Por eso, es crucial que te prediques el Evangelio a ti mismo a diario, como aconseja Paul Tripp.
La Batalla en tu Mente
En nuestro estado pecaminoso, nuestras reacciones ante la vida a menudo están desconectadas de las verdades que profesamos. La ira, el miedo, el pánico y el desánimo acechan nuestros corazones, susurrando un falso evangelio que nos aleja de lo que creemos.
El campo de batalla, dice Tripp, es la meditación. ¿Qué ocupa tus pensamientos ociosos? ¿Qué miedos o frustraciones llenan tus momentos libres?
Habla con Autoridad
No te limites a escucharte a ti mismo. Predícate el Evangelio. No permitas que tus preocupaciones te moldeen, sino más bien moldea tus preocupaciones con el mensaje del Evangelio.
Proactivo y Reactivo
Predicar el Evangelio a uno mismo es una disciplina espiritual tanto proactiva como reactiva. Es reactiva cuando enfrentamos tentaciones y frustraciones, y cuando reflexionamos sobre nuestros pecados y circunstancias para evaluarlos a la luz del Evangelio.
Pero también es proactiva, cuando alimentamos nuestras almas regularmente antes de que los eventos, las tareas y las decepciones de la vida diaria comiencen a agobiarnos. Tripp recomienda que hagamos de esto una práctica diaria:
- Contemplar la belleza de Cristo
- Recordar nuestra identidad como hijos de Dios
- Descansar en su poder y provisión
- Actuar en dependencia de él
Las Escrituras y el Evangelio
Existe una diferencia, señala Tripp, entre simplemente recordarnos la verdad y predicarnos a nosotros mismos la verdad del Evangelio. Esta última implica recordarnos conscientemente e intencionalmente la persona, la presencia y las provisiones de nuestro Redentor.
Si bien la auto-predicación del Evangelio no es lo mismo que leer la Biblia, las conexiones son profundas. Las Escrituras, dice Tripp, proporcionan el material infalible para predicarnos el Evangelio de gracia. Son el contenido que debemos abrazar y aplicar a nuestras vidas a la luz de la persona y la obra de Jesús.
Alimento Espiritual Sostenible
Escuchar el mismo mensaje del Evangelio repetido una y otra vez no fortalecerá nuestra alma a largo plazo. Del mismo modo, absorber información sin verla a la luz de Jesús y aplicarla a nuestros corazones no sustentará nuestra vida espiritual.
Preguntas frecuentes sobre la predicación del Evangelio a uno mismo
¿Por qué es importante predicar el Evangelio a uno mismo?
Porque nadie es más influyente en nuestra vida que nosotros mismos, y nadie nos habla más que nosotros mismos.
¿Cómo podemos predicar el Evangelio a nosotros mismos?
Mediante la meditación, centrando nuestros pensamientos ociosos en la belleza de Cristo, recordando nuestra identidad como hijos de Dios, descansando en su poder y provisión, y actuando en dependencia de él.
¿Cuál es la diferencia entre recordarnos la verdad y predicarnos el Evangelio?
Recordarnos la verdad es recordar hechos, mientras que predicarnos el Evangelio es recordarnos conscientemente la persona, presencia y provisiones de nuestro Redentor.
¿Cuál es el papel de las Escrituras en la predicación del Evangelio a uno mismo?
Las Escrituras proporcionan el material infalible para predicarnos el Evangelio de la gracia. Su contenido debe aplicarse a nuestras vidas a la luz de la persona y obra de Jesús.
¿Es suficiente simplemente escuchar el Evangelio repetidamente?
No, porque no fortalecerá adecuadamente nuestra alma a largo plazo. Debemos comprender el Evangelio a la luz de Jesús y aplicarlo a nuestros corazones.