¿Por qué terminamos las oraciones con "En el nombre de Jesús, Amén"?
El acceso a Dios por medio de Jesús
Cuando oramos, el uso de la frase "En el nombre de Jesús, Amén" tiene un profundo significado teológico. Según Juan 14:16, Jesús dijo: "Todo lo que pidan en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo". Este versículo nos muestra explícitamente la importancia de orar en el nombre de Jesús.
Sin embargo, el significado va más allá de un simple mandato. Refleja la verdad que se encuentra en todo el Nuevo Testamento: tenemos acceso a Dios Padre a través de Jesús. Cuando Jesús fue crucificado, el velo del templo se rasgó en dos de arriba abajo. Hebreos nos dice que ahora tenemos acceso a Dios a través de ese velo, que es la carne de Jesús.
La justicia de Cristo
Antes de la muerte de Jesús, solo el sumo sacerdote podía entrar al Lugar Santísimo, donde se manifestaba la presencia de Dios. Pero ahora, gracias al sacrificio de Jesús, todos pueden acercarse a Dios, pero deben hacerlo a través del velo de la carne de Jesús, a través de su muerte.
Por lo tanto, nuestro acceso a Dios es a través de Cristo y su justicia. Hebreos dice que nos acercamos a Dios en su sangre. Es a través de la muerte de Jesús que tenemos acceso a Dios, y orar en el nombre de Jesús es una forma teológica de expresar esto.
Reconocimiento de nuestra propia insuficiencia
Orar en el nombre de Jesús es reconocer que no tenemos ninguna justicia propia y que Dios nos acepta solo cuando estamos cubiertos por la sangre de Cristo. No merecemos ser escuchados por Dios, pero Jesús sí. Venimos en su nombre, presentando todo lo que Él es.
También significa que pedimos lo que creemos que Jesús pediría si estuviera en nuestro lugar. Venimos y pedimos: "Padre, escucha esta oración. No es porque lo merezca, sino que vengo en el nombre de Jesús".
La frase "En el nombre de Jesús, Amén" es una expresión de nuestra dependencia de la justicia de Cristo y nuestra confianza en su intercesión. Nos recuerda que tenemos acceso a Dios a través de Jesús y que nuestras oraciones son escuchadas por Su gracia y misericordia.
¿Por qué las personas terminan las oraciones con "En el nombre de Jesús, Amén"?
En Juan 14:16, Jesús dice: "Cualquier cosa que pidáis en mi nombre, eso haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo". Esto implica que debemos orar en el nombre de Jesús.
Además, a través de la muerte de Jesús, tenemos acceso a Dios Padre. El velo del templo se rasgó de arriba abajo, lo que significa que podemos acercarnos a Dios a través del velo de la carne de Jesús.
Por lo tanto, orar en el nombre de Jesús es un atajo teológico para expresar que no tenemos justicia propia y que venimos en la justicia de Cristo. No merecemos ser escuchados por Dios, pero Jesús sí.
Cuando oramos en el nombre de Jesús, reconocemos que estamos pidiendo lo que creemos que Jesús pediría si estuviera en nuestra situación. Venimos y presentamos a Jesús y todo lo que él es.