¿Por qué se enfría mi corazón hacia Jesús?
El enfriamiento espiritual: un problema sutil
Tal vez no recuerdes el momento exacto, pero seguramente hubo un tiempo en el que sentías una llama ardiente dentro de ti, un anhelo por leer la Biblia, orar, servir y compartir el evangelio. Sin embargo, con el paso del tiempo, ese fuego se fue apagando, reemplazando la pasión por la distracción y la indiferencia.
El diagnóstico de Jesús: la tibieza
Jesús no tolera nuestra apatía espiritual. En Apocalipsis 3:15-16, declara: "Conozco tus obras; no eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Así, porque eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca". Los tibios son aquellos que tienen suficiente calor para sentirse cómodos en la iglesia, pero no suficiente para comprometerse plenamente con Dios. Son como almas con "justo lo suficiente" para mantener una apariencia externa de cristianismo, pero sin una relación genuina con el Señor.
La causa raíz: la autosuficiencia
La tibieza no es solo un síntoma, sino el resultado de una enfermedad más profunda: la autosuficiencia. Como la iglesia de Laodicea, nos volvemos complacientes, demasiado seguros de nuestras propias habilidades y logros. Creemos que podemos vivir una vida cristiana satisfactoria sin depender verdaderamente de Dios.
La cura: el arrepentimiento y la humildad
Jesús nos exhorta a arrepentirnos de nuestra autosuficiencia y recibir su gracia sanadora. "Te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico; y vestiduras blancas, para que te vistas y no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y colirio para ungir tus ojos, para que veas" (Apocalipsis 3:18).
Dios ofrece riquezas espirituales, vestiduras de justicia y sanidad para nuestra ceguera espiritual. Al depender de él, renunciamos a nuestra falsa sensación de control y recibimos una visión clara de nuestra verdadera necesidad.
La advertencia: consecuencias de la tibieza
Si no nos arrepentimos, Jesús nos advierte que nos "vomitará de su boca" (Apocalipsis 3:16). Esta no es una amenaza vacía, sino una expresión de su amor y su deseo de avivar nuestro celo.
La invitación: una puerta abierta
A pesar de nuestra tibieza, Jesús permanece a la puerta de nuestro corazón, listo para entrar si lo invitamos. "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo" (Apocalipsis 3:20). Jesús anhela restaurar nuestra comunión y llenar nuestros corazones con su fuego.
La esperanza: una vida transformada
Al arrepentirnos de nuestra autosuficiencia y abrazar la dependencia de Dios, podemos experimentar una transformación radical. El fuego del Espíritu Santo se reavivará dentro de nosotros, llevándonos a una vida de pasión, propósito y victoria.
¿Qué es la tibieza espiritual?
La tibieza espiritual es una actitud de indiferencia o apatía hacia Dios y las cosas espirituales. Es un estado en el que el amor y la pasión por Dios se han enfriado, dando paso a la distracción, la falta de disciplina y la búsqueda de placeres mundanos.
¿Por qué es peligrosa la tibieza espiritual?
La tibieza espiritual es peligrosa porque nos aleja de Dios y nos hace vulnerables a las tentaciones. Nos hace perder nuestra dependencia de Él, lo que nos lleva a un falso sentido de autosuficiencia. También nos ciega a nuestras propias necesidades espirituales y nos impide experimentar la plenitud de la vida en Cristo.
¿Cómo puedo evitar la tibieza espiritual?
Para evitar la tibieza espiritual, es esencial cultivar una relación íntima con Dios. Esto implica leer regularmente la Biblia, orar, asistir a la iglesia y buscar consejo y apoyo de otros creyentes. También es importante estar consciente de las tentaciones que nos rodean y ser proactivos en resistirlas.
¿Qué debo hacer si me he vuelto tibio?
Si te has vuelto tibio espiritualmente, el primer paso es reconocerlo y arrepentirte. Pide perdón a Dios por tu indiferencia y pide su ayuda para revivir tu amor por Él. Recuerda que Jesús está siempre cerca, listo para perdonarte y restaurarte.