¿Por qué no intervienes, Señor?
Un clamor por la intervención divina
En el capítulo 64 del libro de Isaías, el profeta expresa un intenso anhelo por la intervención de Dios. Implora a Dios que descienda, sacudiendo los cielos y las montañas, para mostrar Su poder y misericordia a Su pueblo.
El pasado glorioso
Isaías recuerda los tiempos pasados en que Dios hizo maravillas, como cuando liberó a los israelitas de la esclavitud en Egipto. El profeta anhela que Dios intervenga nuevamente con igual poder y gloria.
El presente desolador
Sin embargo, el presente es sombrío para el pueblo de Dios. Sus ciudades están en ruinas, su templo destruido y su gente vive en pecado y rebelión. Isaías reconoce que sus iniquidades han provocado la ira de Dios y su alejamiento.
Un llamado al arrepentimiento
A pesar de la desolación, Isaías todavía tiene esperanza. Exhorta al pueblo a arrepentirse y buscar el rostro de Dios. Admite que son como vasijas sucias e indignas, pero suplica la misericordia del Señor.
La súplica final
Isaías concluye con un ferviente clamor por la intervención de Dios. Le pide que no se enoje para siempre y que recuerde Su amor por Su pueblo. Reconoce que el Señor es su Padre y ellos son Sus hijos, y que están desesperados por Su ayuda.
Preguntas Frecuentes sobre Isaías 64
¿Qué pide el profeta en el versículo 1?
El profeta pide que Dios descienda y sacuda las montañas con su presencia.
¿Qué afirma el profeta en el versículo 4?
El profeta afirma que desde el principio del mundo, nadie ha experimentado ni percibido a ningún otro Dios tan poderoso como Dios, quien actúa en favor de aquellos que esperan en Él.
¿Cómo describe el profeta la condición del pueblo en el versículo 6?
El profeta compara al pueblo con algo sucio y sus buenas obras con trapos inmundos. Afirma que todos se marchitan como hojas y sus pecados los han apartado como el viento.
¿Por qué el pueblo no ora a Dios?
Según el versículo 7, el pueblo no ora a Dios porque Él ha escondido su rostro de ellos y los ha consumido por sus iniquidades.
¿Cómo se describe la relación entre Dios y el pueblo en el versículo 8?
El profeta reconoce a Dios como el Padre y al pueblo como el barro, mientras que Dios es el alfarero. Afirma que todo en ellos es obra de las manos de Dios.
¿Qué oración hace el profeta en el versículo 9?
El profeta le pide a Dios que no se enoje ni recuerde sus pecados para siempre. También pide a Dios que mire y reconozca que todo el pueblo es suyo.