¿Por qué no gritamos en la adoración?
La importancia bíblica de gritar
La Biblia nos anima a expresar nuestra alegría en la adoración, incluso a través de gritos. En los Salmos, encontramos numerosos ejemplos de exhortaciones a gritar:
- "Gritaré con gozo en su tienda; cantaré y tocaré para el Señor" (Salmo 27:6).
- "Alegraos en el Señor, justos, y cantad con júbilo, todos los rectos de corazón" (Salmo 32:11).
- "Cantad a él un cántico nuevo; tocad bien las cuerdas, con voz fuerte" (Salmo 33:3).
- "Batid palmas, pueblos todos; aclamad a Dios con voz de júbilo" (Salmo 47:1).
- "Gritad con júbilo a Dios, toda la tierra; cantad la gloria de su nombre; alabadlo con gloria" (Salmo 66:1-2).
El poder de gritar juntos
Cuando gritamos juntos en la adoración, experimentamos dimensiones de alegría que no podemos alcanzar solos. Gritar es una expresión de emoción fuerte, que se amplifica cuando la compartimos con otros.
- En los eventos deportivos, por ejemplo, gritamos de alegría y emoción.
- En la adoración, gritar puede ser una forma de expresar nuestra profunda gratitud y asombro por las misericordias de Dios.
Un déficit afectivo
Si no sentimos la necesidad de gritar en la adoración, podría indicar un déficit afectivo en nuestra fe. Podemos no estar conectando profundamente con las realidades de nuestra redención y las promesas de la resurrección. Al centrarnos en las cosas menores, podríamos estar apagando las llamas de nuestra pasión por Dios.
El papel de la cultura
La cultura también juega un papel en nuestro comportamiento de adoración. Mientras que gritar es aceptable en algunos contextos, puede ser inapropiado en otros. Sin embargo, es importante recordar que los mandatos bíblicos trascienden las normas culturales.
La Biblia nos anima a gritar en la adoración como una expresión de alegría y gratitud. Al hacerlo, podemos experimentar dimensiones de alegría que se nos escapan cuando estamos solos. Si no sentimos el impulso de gritar, es posible que necesitemos examinar nuestra fe y cultivar una conexión más profunda con las verdades de nuestra salvación.
¿Deberíamos gritar en la adoración?
Sí, la Biblia exhorta a los creyentes a gritar en la adoración, como se evidencia en pasajes como Salmo 32:11 y Salmo 66:1-2.
¿Por qué gritamos?
Gritamos para expresar una variedad de emociones fuertes, como alegría, victoria, entusiasmo y reverencia. El acto de gritar juntos crea una dinámica única y poderosa que intensifica la experiencia de adoración.
¿Cuándo es apropiado gritar?
Gritar es apropiado en momentos de intensa alegría y celebración, especialmente cuando se hace en grupo. Sin embargo, es importante tener en cuenta las normas culturales y el contexto de adoración.
¿Gritar es una disciplina espiritual?
Sí, gritar puede ser una disciplina espiritual que nos ayuda a conectarnos más profundamente con las realidades de la gracia de Dios, nuestra redención y el triunfo final de Cristo.
¿Debería gritar en la iglesia?
Si bien la cultura de adoración de la iglesia puede influir en si las personas gritan o no, las Escrituras nos animan a expresar nuestra alegría y adoración a Dios con entusiasmo, incluso a través de gritos.