¿Por qué la economía importa a los cristianos?

1. Una administración responsable incluye cuidar la economía

Todo pertenece a Dios (Salmo 24:1), y somos sus administradores (Génesis 1:26-28). La buena administración trasciende la filantropía y el gasto prudente; también implica cuidar la economía. En el Israel antiguo, los individuos sostenían a sus familias mediante la tierra, el capital y el trabajo. Las prohibiciones contra el robo, la pereza y el desplazamiento de mojones tenían como objetivo preservar la capacidad de todos para administrar la porción de creación que Dios les había asignado.

En las complejas economías modernas, proteger la capacidad de cada individuo para administrar sus recursos frente a los esquemas malignos ajenos sigue siendo esencial. En una sociedad agrícola, literalmente cosechas lo que siembras. Pero en las economías actuales, la mayoría de las personas confían su dinero a bancos, gobiernos o instituciones financieras. El problema es que, como lo demostraron los acontecimientos previos a la crisis financiera de 2008, estas entidades pueden invertir el dinero en formas deshonestas que enriquecen a algunos y arruinan a otros. Podrías convertirte en víctima o victimizar a otros sin darte cuenta.

La forma en que generamos ingresos es importante porque, si adquirimos riqueza a expensas de otros en lugar de crearla, tomamos lo que Dios les ha dado para administrar y les privamos de esa oportunidad. Una mejor comprensión de la economía ayudará a los cristianos a identificar, oponerse y abstenerse de participar en vehículos de inversión que simplemente transfieren riqueza en lugar de producirla.

2. Defendiendo a los indefensos

La Biblia a menudo describe a los malvados en términos de interacciones económicas. Los malvados no se preocupan por los pobres (Proverbios 29:7), utilizan medios deshonestos y engañosos para obtener riqueza (Miqueas 6:10-12) y son libres de oprimir a los pobres cuando la sociedad honra sus viles prácticas (Salmo 12:5-8).

El Salmo 82:2-4 resume claramente nuestra responsabilidad de defender a los pobres, huérfanos y oprimidos de los malvados. Solo podemos mantener sus derechos y rescatarlos cuando dejamos de defender las leyes y los sistemas que muestran parcialidad hacia los malvados.

Comprender la economía nos ayuda a descubrir prácticas perversas en una economía que, por diseño, es compleja y poco transparente. Una motivación adicional para estudiar economía proviene de conocer el corazón de Dios para defender a los pobres y su determinación de juzgar a sus opresores (Isaías 3:13-14).

Preguntas frecuentes

¿Por qué los cristianos deben preocuparse por la economía?

Porque es esencial para comprender cómo cuidar la creación de Dios como administradores y abordar las injusticias económicas que oprimen a los pobres y vulnerables.

¿Qué nos enseña la Biblia sobre la economía?

Que debemos ser buenos administradores de los recursos de Dios, oponernos a la riqueza obtenida injustamente y defender a los indefensos.

¿Cómo puede la comprensión de la economía ayudar a los cristianos?

Les ayuda a identificar y oponerse a las prácticas económicas injustas, defender a los pobres y evitar participar en inversiones que transfieran riqueza en lugar de crearla.

¿Qué papel juega el gobierno en la economía?

Restringir el mal, no permitirlo. Debe garantizar que las leyes y los sistemas no muestren parcialidad hacia los malvados o permitan prácticas económicas fraudulentas.

¿Cómo pueden los cristianos dejar un legado a las generaciones futuras?

Stewardeando los recursos presentes de manera que las generaciones futuras no queden agobiadas por deudas y puedan trabajar productivamente.

¿Cómo pueden los cristianos mantener su pureza en medio de un sistema económico pecaminoso?

Comprendiendo los principios bíblicos sobre el dinero y la economía, y aplicándolos en sus prácticas financieras y su participación en la sociedad.

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