¿Por qué Dios no escucha nuestras oraciones?

El pecado nos separa de Dios

El profeta Isaías nos recuerda que el Señor no es impotente ni sordo, sino que nuestros pecados nos separan de Él. Cuando nos involucramos en el asesinato, la corrupción, la mentira y la violencia, rompemos la conexión con Dios. Nuestras acciones pecaminosas obstaculizan nuestras oraciones y nos impiden recibir la ayuda que buscamos.

Un cuadro sombrío de la sociedad

Isaías pinta un cuadro sombrío de la sociedad, donde la justicia es inexistente, los mentirosos prosperan y los justos son perseguidos. La corrupción y la opresión son desenfrenadas, dejando a la gente sin esperanza. En este estado de pecado, clamamos a Dios, pero nuestras oraciones quedan sin respuesta porque nuestras obras nos condenan.

Dios interviene en nuestro rescate

A pesar de nuestra pecaminosidad, Dios no nos abandona. Interviene para salvarnos con su mano poderosa. Se viste de justicia, toma la salvación como un casco y se cubre con la venganza como una capa. Él retribuirá a los malvados, trayendo justicia a la tierra.

El Redentor vendrá

Isaías profetiza la venida del Redentor a Jerusalén, quien redimirá a Israel de sus pecados. Este Redentor traerá un nuevo pacto, donde Su Espíritu habitará para siempre. Sus palabras permanecerán en los labios de las generaciones venideras, un testimonio de la misericordia y la fidelidad de Dios.

Preguntas frecuentes sobre la confesión de maldad nacional en Isaías 59

¿Por qué Dios no responde a las oraciones de su pueblo?
- El pecado ha separado al pueblo de Dios de Él (v. 2).

¿Cuáles son los pecados específicos que el pueblo ha cometido?
- Asesinato, mentira, corrupción, injusticia, violencia, maldad, deshonestidad (vv. 3-7).

¿Cómo se ha manifestado el pecado en la sociedad?
- Falsa justicia, mentiras en los tribunales, maldad y violencia desenfrenadas (vv. 4-7).

¿Por qué el pueblo está en un estado tan miserable?
- Sus actividades pecaminosas les han llevado a la miseria y la destrucción (v. 7).

¿Qué ha hecho Dios para salvar a su pueblo?
- Ha intervenido personalmente para salvarlos a través de su brazo fuerte y su justicia (v. 16).

¿Cuál es la esperanza para el futuro del pueblo?
- El Redentor vendrá a redimir a los que se arrepientan (v. 20).

¿Cuál es el pacto de Dios con su pueblo?
- Su Espíritu y sus palabras permanecerán con ellos para siempre (v. 21).

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