¿Por qué condenamos cuando Jesús vino a salvar?
El significado de Juan 3:17
En Juan 3:17, Jesús afirma que vino al mundo no para condenarlo, sino para salvarlo. Este versículo enseña que Dios, a pesar de nuestra pecaminosidad, nos ama y desea nuestra salvación.
El problema de la condena
Lamentablemente, muchos cristianos hoy en día son culpables de condenar a otros basándose en su apariencia, acciones o pecados externos. Sin embargo, Jesús nos advierte contra esto en Mateo 7:1-2, diciendo que el juicio que demos será el que recibiremos.
Además, como cristianos, somos también pecadores (Romanos 3:23). Después de la salvación, recibimos el perdón de los pecados, pero aún luchamos contra la tentación y el pecado (Romanos 6:23). Por lo tanto, no tenemos derecho a condenar a los demás.
Jesús no vino a condenar
Jesús podía haber condenado a todos, pero en cambio eligió salvarnos. Como hizo con la mujer adúltera en Juan 8:1-11, debemos perdonar y tratar a los demás con amabilidad y respeto.
El peligro de la condena
Condenar a otros puede hacer que se sientan atacados, despreciados y rechazados. También puede impedirles acercarse a Dios. En lugar de condenar, debemos intentar comprenderlos y ayudarlos en sus luchas.
Seamos como Cristo
Jesús reflejó perfectamente el amor y la misericordia de Dios. Nunca condenó a nadie, sino que los trató con compasión y perdón. Como sus seguidores, debemos hacer lo mismo, evitando el juicio y la condena.
En lugar de condenar, debemos responder sin juicio, amar a los demás y reflejar a Cristo en nuestras vidas. Dios no condena, y nosotros tampoco deberíamos hacerlo.
¿Por qué los cristianos condenan a otros si Jesús no lo hizo?
Porque juzgan a las personas basándose en su apariencia, acciones o pecados externos, a pesar de que la Biblia enseña que todos somos pecadores y debemos amarnos unos a otros.
¿Qué significa Juan 3:17?
Que Jesús vino a salvar al mundo, no a condenarlo. Dios no envió a Jesús para castigar a las personas, sino para ofrecerles perdón y vida eterna.
¿Por qué no debemos juzgar a los demás?
Porque Jesús nos dice que seremos juzgados de la misma manera que juzgamos a los demás. Además, todos somos pecadores y no tenemos derecho a condenar a otros.
¿Cómo debemos tratar a los demás?
Con amabilidad, compasión, perdón y amor, como lo hizo Jesús. Debemos ayudar a otros a superar sus luchas sin condenarlos.
¿Qué pasa si alguien está luchando con un pecado en particular?
Como cristianos, debemos apoyarlos y ayudarlos, pero nunca debemos condenarlos por sus pecados. Dios ofrece perdón a todos los que lo buscan.