¿Por qué clama Dios contra su pueblo?
La nación pecadora
En los tiempos de los reyes Uzziah, Jotam, Ahaz y Ezequías, el profeta Isaías recibió una visión de Dios. En ella, denunció a la nación de Judá por su pecado y rebelión. Dios había cuidado y criado a su pueblo, pero ellos lo habían abandonado y despreciado. Se habían llenado de culpa y corrupción, rechazando al Dios que los había creado.
El llamado a la justicia
Dios llamó a su pueblo al arrepentimiento: "¡Lávense y límpiense! Quiten la maldad de sus obras de delante de mis ojos; cesen de hacer el mal; aprendan a hacer el bien; busquen el juicio, restituyan al agraviado, hagan justicia al huérfano, defiendan la causa de la viuda" (Isaías 1:16-17).
La promesa de restauración
A pesar de sus pecados, Dios prometió restaurar a su pueblo si se arrepentían: "Si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana" (Isaías 1:18). Dios anhelaba que su pueblo viviera en justicia y paz, pero su pecado les había separado de Él.
El juicio venidero
Para quienes se negaban a arrepentirse, Dios advirtió de un juicio severo: "Sus enemigos lo acabarán, y sus aborrecedores lo consumirán" (Isaías 1:24). Dios no podía tolerar el pecado indefinidamente, y aquellos que rechazaran su misericordia enfrentarían las consecuencias de sus acciones.
El mensaje de Isaías es relevante hoy tanto como lo fue en su tiempo. Nos recuerda que Dios es santo y justo, y que el pecado tiene consecuencias graves. Sin embargo, también nos ofrece esperanza de restauración y perdón si nos arrepentimos y buscamos a Dios.
Preguntas frecuentes
¿Por qué Dios está tan disgustado con su pueblo en este pasaje?
Dios está disgustado con su pueblo porque se han rebelado contra él y han rechazado su cuidado (v. 2-4). Han cometido pecado tras pecado y continúan invitando al castigo (v. 5-6).
¿Qué pide Dios que haga su pueblo?
Dios pide que su pueblo se arrepienta genuinamente, deje de pecar y aprenda a hacer el bien (v. 16-17). Quiere que defiendan a los oprimidos, ayuden a los necesitados y busquen la justicia (v. 17).
¿Qué promesas hace Dios a su pueblo si se arrepienten?
Dios promete que si su pueblo se arrepiente, él los limpiará de sus pecados y los hará tan blancos como la nieve (v. 18). Promete que tendrán abundancia de comida y que estarán protegidos de sus enemigos (v. 19-20).
¿Qué les sucederá a los que se niegan a arrepentirse?
Los que se niegan a arrepentirse serán destruidos (v. 28). Sus obras malvadas se convertirán en la chispa que los encienda y los consuma (v. 31).
¿Cómo se restaurará Sion?
Sion será restaurada a través de la justicia y la rectitud (v. 27). Los buenos jueces y los sabios consejeros serán restaurados (v. 26), y los pecadores serán destruidos (v. 28).