¿Podemos prestarle a Dios?

El enigma del préstamo

¿Es posible imaginar a Dios como nuestro deudor? ¿No afirma la Biblia que "si yo tuviera hambre, no te lo diría, porque mío es el mundo y su plenitud" (Salmo 50:12)? ¿No es una afrenta a Dios pretender negociar con él?

La mayordomía divina

Olvidamos que todo lo que tenemos pertenece a Dios. Somos meros administradores de sus posesiones. Él es el dueño legítimo de todo lo que existe. Entonces, ¿cómo puede un administrador prestarle a su amo lo que ya le pertenece?

La fe como un préstamo

Para comprender Proverbios 19:17, debemos recurrir a una enseñanza fundamental: "Confía en el Señor con todo tu corazón y no te apoyes en tu propio entendimiento" (Proverbios 3:5). La verdadera plenitud solo se encuentra cuando confiamos en Dios para que guíe nuestras vidas.

La perspectiva del necesitado

Alguien que comprende que Dios desea bendecirlo por su fe, no por su riqueza, verá a los necesitados bajo una nueva luz. Reconocerá que ellos también confían en Dios y se abstendrá de vanagloriarse.

La expresión de la confianza

Ofrecer ayuda a los necesitados es una forma de expresar nuestra confianza en Dios. Implica renunciar a nuestros propios recursos y confiar en que Él suplirá nuestras necesidades. Esta confianza no es un riesgo, pues sabemos que Dios se complace en ser confiado.

La deuda de la gloria

Aunque no le "prestamos" nada a Dios al ser bondadosos con los pobres, nos colocamos en una posición en la que Él se ve obligado a bendecirnos. Es deudor de su propia gloria. Si confiamos en su palabra, sabiduría y amor, Él está obligado a mantener el valor de estos atributos.

Si bien no podemos prestarle nada material a Dios, nuestra confianza en Él lo pone en una situación de "deuda". Es una deuda de gloria que lo lleva a bendecirnos por nuestra confianza en su misericordia y cuidado.

Preguntas frecuentes sobre "Prestar a Dios"

¿Cómo puedo considerarme un acreedor de Dios?

El texto explica que al ser amables con los pobres, no estamos realmente prestando a Dios, ya que todo lo que tenemos ya le pertenece. Sin embargo, al confiar en que Dios nos bendecirá por nuestra bondad, ponemos a Dios en una posición en la que debe honrar su palabra y amor, lo que nos bendice en última instancia.

¿Acaso Dios no dijo que no necesita que le demos nada?

Sí, Dios ha declarado que no necesita que le proporcionemos nada. Sin embargo, ser amables con los pobres es una forma de expresar nuestra confianza en Dios y reconocer su soberanía sobre nuestras posesiones.

¿Es egoísta ser amable con los pobres con la esperanza de recibir una bendición de Dios?

No, no es egoísta. El texto enfatiza que nuestra bondad debe provenir de nuestra fe en Dios y nuestra confianza en su capacidad de proveer para nosotros. Al confiar en Dios, le honramos y experimentamos una vida más plena.

¿A qué tipo de bendiciones me puedo referir?

Las bendiciones de Dios pueden manifestarse en diversas formas, como paz interior, relaciones sólidas, provisiones financieras o protección divina. El texto no especifica el tipo exacto de bendiciones, sino que afirma que Dios bendice a quienes confían en él.

¿Cómo puedo cultivar la confianza en Dios?

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Cultivar la confianza en Dios implica confiar en su palabra, creer en su bondad y amor, y depender de él en todas las áreas de nuestra vida. Podemos desarrollar la confianza leyendo las Escrituras, orando y experimentando personalmente el cuidado y la provisión de Dios.

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