Pablo, el náufrago que se convirtió en un mensajero de esperanza

El naufragio y la llegada a Malta

Tras un peligroso viaje por mar, Pablo y sus compañeros naufragaron en la isla de Malta. Los habitantes de la isla los recibieron con gran amabilidad, encendiendo un fuego para calentarlos en medio del frío y la lluvia. Mientras Pablo reunía leña, una serpiente venenosa le mordió la mano. Los isleños, al ver el animal colgando de su mano, pensaron que era un asesino que había escapado de la justicia. Sin embargo, Pablo sacudió la serpiente al fuego y permaneció ileso. Ante este milagro, los isleños cambiaron de opinión y comenzaron a creer que Pablo era un dios.

La sanación y el reconocimiento en Malta

Pablo y sus compañeros fueron recibidos por Publio, el principal oficial de la isla, quien los alojó y trató con gran hospitalidad durante tres días. El padre de Publio estaba enfermo de fiebre y disentería, y Pablo oró por él y lo sanó. Como resultado, todos los enfermos de la isla acudieron a Pablo y fueron sanados. Los isleños les suplieron abundantemente con todo lo necesario para su viaje posterior.

El viaje a Roma y la llegada

Tres meses después del naufragio, Pablo y sus compañeros zarparon en un barco alejandrino. Tras hacer escala en Siracusa y Regio, llegaron a Puteoli. Allí, los cristianos los recibieron y les invitaron a pasar una semana con ellos. Finalmente, llegaron a Roma, donde los hermanos y hermanas en la fe salieron a su encuentro.

El cautiverio y la predicación en Roma

Al llegar a Roma, Pablo fue retenido bajo custodia, aunque con permiso para residir en un alojamiento privado. Tres días después, convocó a los líderes judíos para explicarles que había sido enviado a Roma como prisionero a pesar de su inocencia. Pablo les anunció que había apelado al César porque deseaba compartir con ellos la esperanza de Israel, el Mesías ya venido.

El mensaje de Pablo a los judíos y gentiles

Los judíos romanos escucharon atentamente la explicación de Pablo, pero algunos no creyeron. Tras un debate entre ellos, Pablo concluyó con las palabras del profeta Isaías: "Oirán, pero no entenderán; verán, pero no percibirán". Pablo añadió que la salvación de Dios se ofrecía también a los gentiles, quienes la aceptarían.

El ministerio de Pablo en Roma

Durante los siguientes dos años, Pablo vivió en Roma a sus expensas, recibiendo a todos los que lo visitaban. Predicó audazmente el Reino de Dios y enseñó sobre Jesucristo, sin que nadie se lo impidiera.

Preguntas frecuentes

¿Por qué fue mordido Pablo por una serpiente mientras estaba en la isla de Malta?

Pablo fue mordido por una serpiente mientras recogía leña para el fuego. El calor de la fogata provocó que la serpiente saliera de su escondite y mordiera a Pablo.

¿Cómo reaccionaron los habitantes de Malta ante la mordedura de la serpiente?

Los habitantes de Malta creyeron que Pablo era un asesino y que la justicia no le permitiría vivir. Esperaron que se hinchara o muriera repentinamente.

¿Qué sucedió cuando Pablo sacudió la serpiente en el fuego?

Pablo sacudió la serpiente en el fuego y quedó ileso. Esto cambió la opinión de los habitantes de Malta, quienes ahora creían que Pablo era un dios.

¿Quién era Publio y cómo trató a Pablo y sus compañeros?

Publio era el principal oficial de la isla de Malta. Trató a Pablo y sus compañeros con amabilidad y los alojó durante tres días.

¿Qué hizo Pablo por el padre de Publio?

Pablo oró por el padre de Publio, quien padecía fiebre y disentería, y lo sanó.

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¿Adónde viajó Pablo después de Malta?

Pablo viajó a Roma después de Malta.

¿Cómo fue recibido Pablo en Roma?

Pablo fue recibido en Roma por hermanos y hermanas que habían oído hablar de su llegada. Lo animaron y le agradecieron a Dios.

¿Cómo predicó Pablo el evangelio en Roma?

Pablo predicó el evangelio en Roma explicando y testificando sobre el Reino de Dios y persuadiendo a la gente sobre Jesús utilizando las Escrituras.

¿Cómo respondieron los judíos de Roma a la predicación de Pablo?

Algunos judíos fueron persuadidos por la predicación de Pablo, pero otros no creyeron.

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