Nunca está bien enojarse con Dios
El error de considerar las emociones como neutrales
A menudo asumimos que las emociones son simplemente reacciones neutrales, como el estornudo. Sin embargo, la Biblia enseña que los sentimientos tienen un significado moral. Los sentimientos que reflejan la bondad de Dios son buenos, mientras que los que sugieren lo contrario son malos. Por ejemplo, el deleite en Dios es un sentimiento bueno y recomendado, mientras que el placer en la maldad es malo porque indica que el pecado es más deseable que Dios.
El error de creer que Dios hace cosas que nos merecen enfado
Otra razón por la que algunos se sorprenden al escuchar que nunca está bien enojarse con Dios es que creen que Dios a veces hace cosas que merecen nuestro enfado. Sin embargo, incluso en los momentos más dolorosos, debemos confiar en que Dios es bueno. Enojarse con Él sería como enojarse con un cirujano que nos opera, incluso aunque el cirujano cometiera un error. Dios nunca comete errores.
Confesar nuestro enfado a Dios
Si caemos en el pecado de enojarnos con Dios, no debemos agravarlo con la hipocresía. Debemos decirle la verdad y arrepentirnos. Al hacerlo, no solo estamos reconociendo nuestro pecado, sino también afirmando la bondad de Dios, incluso cuando no la comprendemos.
¿Es correcto enojarse con Dios?
P: ¿Es pecado enojarse con Dios?
R: Sí, es pecado enojarse con Dios porque implica que Él es malo, débil o cruel, lo cual no es cierto.
¿Debo ocultar mi enojo a Dios?
P: Si me enojo con Dios, ¿debo ocultárselo?
R: No, si pecas al enojarte con Dios, no debes agravar el pecado con hipocresía. Dile la verdad y arrepiéntete.
¿Por qué es difícil entender que enojarse con Dios está mal?
P: ¿Por qué algunas personas encuentran difícil entender que enojarse con Dios está mal?
R: Hay dos posibles suposiciones:
- Los sentimientos no son buenos ni malos, son neutrales.
- Dios hace cosas que deberían hacernos enojar.
P: ¿Cómo aborda la Biblia los sentimientos?
R: La Biblia considera que muchos sentimientos son moralmente buenos o malos basados en su relación con Dios. Los sentimientos que muestran que Dios es verdadero y valioso son buenos, mientras que los que sugieren que es falso o malvado son malos.