No temas ante los cambios: El Dios inmutable es tu ancla
Cambios en el mundo y en nuestra vida
Constantemente nos enfrentamos a cambios, desde pequeños ajustes hasta transformaciones radicales. Pueden hacernos sentir perdidos e inseguros, sacudiendo los cimientos de nuestra rutina y comodidad. Pero en medio de la incertidumbre, existe una verdad inmutable que nos proporciona estabilidad y esperanza.
El Dios que nunca cambia
La Biblia afirma que Dios es inmutable: "Porque yo el Señor no cambio" (Malaquías 3:6). A diferencia de todo lo demás en el universo, Dios permanece constante, sin variar en su carácter o promesas. El mismo Dios que creó el mundo es el mismo que nos guía y consuela hoy.
La verdad que nunca cambia
Como Dios es inmutable, su palabra también lo es. Podemos confiar en que todo lo que ha dicho acerca de nosotros, el mundo y la salvación permanece verdadero para siempre. Sus promesas de amor, misericordia y protección son inquebrantables, independientemente de las circunstancias.
Nuestro refugio en medio de la tormenta
La naturaleza inmutable de Dios y su palabra nos brindan un sólido fundamento sobre el cual construir nuestras vidas. Son un ancla que nos mantiene firmes en medio de las tormentas de la vida.
Cuando todo parece derrumbarse, podemos encontrar consuelo en las palabras del salmista: "Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones" (Salmo 46:1). Su presencia constante y su poder inquebrantable nos permiten enfrentar los cambios con valentía y esperanza.
Abraza el cambio sin temor
Si bien los cambios pueden ser inevitables, no tenemos por qué temerlos. El Dios inmutable nos ofrece un ancla a la que aferrarnos, brindándonos estabilidad y protección. Abraza los cambios con la confianza de que Dios está contigo, guiándote y sosteniéndote en cada paso del camino.
¿Por qué es importante un horario para los niños?
Los niños prosperan en la rutina, ya que les proporciona estabilidad y un sentido de control.
¿Por qué tendemos a resistirnos al cambio como adultos?
Los adultos, al igual que los niños, prefieren la familiaridad y la previsibilidad. El cambio puede resultar abrumador y generar sentimientos de incertidumbre.
¿Qué es lo único que permanece inmutable en medio del cambio constante?
Dios, tal como se revela en la Biblia, nunca cambia su carácter ni sus promesas.
¿Qué nos ofrece la naturaleza inmutable de Dios?
Una base sólida sobre la cual podemos construir nuestra vida, un ancla que nos mantiene seguros en medio de las tormentas de la vida.
¿Por qué no debemos temer el cambio si tenemos a Dios como nuestro fundamento?
Porque Dios siempre está con nosotros, nos fortalece, nos ayuda y nos sostiene con su mano derecha.
