¡No seas como un mulo testarudo!

¿Qué nos enseña la parábola del mulo?

En la parábola del mulo, Dios compara a su pueblo con animales de granja. Él los cuida y los guía, pero hay un animal que le da problemas: el mulo. Es testarudo y obstinado, y no entiende sin que lo fuercen.

Dios quiere guiar a sus hijos por el buen camino, pero el mulo se resiste. No escucha la voz de Dios y solo responde cuando se le obliga con fuerza.

¿Cómo evitar ser como un mulo?

Para no ser como el mulo, debemos:

Humillarnos y acudir a Dios en oración

Dios no quiere que seamos arrastrados a su presencia. Quiere que vayamos a Él voluntariamente, reconociendo nuestra necesidad de Él.

Confesar nuestros pecados

El pecado es un obstáculo entre nosotros y Dios. Cuando confesamos nuestros pecados, eliminamos ese obstáculo y abrimos nuestros corazones a su guía.

Aceptar la dirección de Dios

Dios sabe lo que es mejor para nosotros. Cuando aceptamos su dirección, nos ponemos bajo su protección y provisión.

Las consecuencias de ser como un mulo

El mulo que se resiste a Dios enfrentará consecuencias. Dios lo castigará y lo dejará fuera de su protección.

No seamos como el mulo testarudo. Acudamos a Dios en oración, confesemos nuestros pecados y aceptemos su guía. De esa manera, encontraremos protección y provisión en su presencia.

Preguntas Frecuentes

¿Cómo se diferencia el pueblo de Dios de los animales de granja?

El pueblo de Dios es único porque tiene una relación personal con Dios y responde a su llamado.

¿Por qué Dios trata al mulo de manera diferente?

El mulo representa a aquellos que son obstinados y no responden a la guía de Dios.

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¿Cómo podemos evitar ser como el mulo?

Debemos ser humildes, orar a Dios, confesar nuestros pecados y aceptar su guía.

¿Cuáles son las consecuencias de ser como el mulo?

Quedarse fuera de la protección y provisión de Dios.

¿Qué debemos hacer en lugar de ser como el mulo?

Acercarnos a Dios en oración cuando todavía podemos encontrarlo.

¿Cómo podemos recibir la protección y provisión de Dios?

Aceptando su guía y confiando en su misericordia.

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