¡No malgastes tu vida!
El poder de las grandes verdades
Para que tu vida deje una huella indeleble, no necesitas saberlo todo. Basta con conocer unas pocas verdades fundamentales y comprometerte a vivir y morir por ellas. Las personas que realmente marcan la diferencia no son aquellas que dominan muchas cosas, sino las que son apasionadas por unas pocas cosas trascendentes.
Si quieres que tu vida cuente, que el impacto de tus acciones se expanda y resuene durante siglos, no necesitas un alto coeficiente intelectual o emocional. Ni siquiera necesitas belleza, riqueza o una educación excepcional. Solo tienes que creer en algunas verdades absolutas, majestuosas y evidentes, y dejar que te inflamen.
La tragedia del conformismo
Sin embargo, no todos aspiran a hacer una diferencia. Hay quienes solo buscan la aprobación de los demás. Les basta con un trabajo decente, una familia, un coche y fines de semana libres. No necesitan a Dios para ser felices.
Este conformismo es una tragedia en ciernes.
La gloria del sacrificio
Hace poco, dos mujeres extraordinarias, Ruby Eliason y Laura Edwards, murieron en Camerún. Ruby, soltera toda su vida, dedicó su existencia a difundir el mensaje de Jesucristo entre los pobres y necesitados. Laura, viuda y médica, la acompañó en su misión.
Sufrieron un accidente y murieron al instante.
¿Fue una tragedia? No, fue una historia de gloria. Dos vidas guiadas por una gran visión, entregadas al servicio desinteresado por la gloria de Dios.
La futilidad del sueño americano
La verdadera tragedia es el sueño americano: una casa, un coche, un trabajo, una familia y una jubilación cómoda. La gente gasta miles de millones de dólares en perseguir este espejismo.
No caigas en esa trampa. No desperdicies tu vida.
La vida es demasiado valiosa para desaprovecharla en posesiones materiales. Recuerda, cuando estés frente al Creador, ¿qué vas a presentar? ¿Una colección de conchas?
¡No malgastes tu vida!