¡No dejes de orar! Cuatro lecciones del Maestro
1. Ora a un Padre
Cuando ores, comienza diciendo: "Padre nuestro que estás en los cielos..." (Mateo 6:9).
Recuerda que oras a un Dios personal, no a una idea abstracta. Jesús nos enseñó a dirigirnos a Dios como "Padre", un término que antes no se usaba para referirse a Dios. Esta intimidad nos brinda consuelo y cercanía en la oración.
2. Ora en el nombre de Jesús
"De cierto, de cierto os digo, que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará" (Juan 16:23).
Jesús intercede por nuestras oraciones, perfeccionándolas y haciéndolas llegar al Padre. Su nombre es poderoso y nos permite obtener respuestas a nuestras peticiones.
3. Persistencia y resistencia son normales
"Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá" (Lucas 11:9).
La oración puede implicar dificultades, pero no te desanimes. Jesús enseñó que la persistencia es clave, incluso cuando no recibimos respuestas rápidas o claras.
4. La persistencia trae respuestas
"Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá" (Lucas 11:10).
Dios siempre responde a nuestras oraciones, aunque no siempre de la manera que esperamos. A veces, las respuestas tardan o vienen en formas inesperadas. Confía en que Dios tiene un plan y que la persistencia dará frutos.
Preguntas Frecuentes
¿Por qué es importante recordar la naturaleza personal de la oración?
Porque la oración no es una actividad abstracta o una disciplina espiritual, sino una respuesta personal a un Dios personal, a quien Jesús nos enseñó a llamar Padre.
¿Cómo perfecciona Jesús nuestras oraciones?
Jesús nos invita a orar "en mi nombre", lo que significa que nuestras palabras imperfectas son transformadas por su propio corazón amoroso, dándoles una audiencia celestial.
¿Por qué a veces enfrentamos dificultades en la oración?
Jesús enseñó que la lucha y la resistencia son normales, no señales de algo malo. Él nos invita a ser como el hombre que siguió pidiendo pan hasta que su "impudencia" triunfó.
¿Por qué es importante la persistencia en la oración?
Jesús nos asegura que "todo el que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá" (Lucas 11:10). Incluso cuando no recibimos la respuesta que esperamos, la persistencia demuestra nuestra confianza en Dios y su voluntad.