Misión del Hijo: Enviados como Jesús
El propósito de la misión
Dios creó el universo para manifestar su gloria y establecer un pueblo que la disfrutara y reflejara por siempre. Sin embargo, el pecado entró en el mundo, provocando la muerte, la desesperanza y la ira de Dios hacia la humanidad que rechazó su gloria.
El envío del Hijo
En respuesta a esta situación, Dios envió a su Hijo, Jesús, desde su gloria eterna al mundo. Jesús fue enviado en "la semejanza de carne de pecado" (Romanos 8:3) para condenar el pecado en su propia carne.
La sustitución penal
Al morir en la cruz, Jesús asumió la ira de Dios que merecíamos. Condenó el pecado en su carne, tomando nuestro lugar y sustituyéndonos. Por lo tanto, quienes creen en Jesús ya no están bajo la ira de Dios.
La conexión con la misión
Para conectarnos con la misión de Jesús y evitar la ira de Dios, debemos confesar con nuestros labios que Jesús es el Señor y creer en nuestros corazones que Dios lo resucitó de entre los muertos (Romanos 10:9-10). Al hacer esto, recibimos la salvación y la vida eterna.
Llamado a la acción
Dios nos llama a ser parte de su misión, compartiendo las buenas nuevas de la salvación a través de Jesús. Él ha enviado a su Hijo y nos ha comisionado para llevar su mensaje de redención al mundo. Respondemos a este llamado creyendo en Jesús y compartiendo su historia con otros, para que ellos también puedan escapar de la ira de Dios y experimentar la vida eterna.
Preguntas frecuentes sobre el pasaje
¿Qué significa "como el Padre me ha enviado"?
La venida de Jesús no es como la de Juan el Bautista, quien fue enviado por Dios. La venida de Jesús es la del Hijo eterno de Dios, quien existió desde siempre con el Padre en perfecta unidad.
¿Cuál fue el propósito de enviar al Hijo?
El propósito fue doble:
- Mostrar la gloria de Dios: Dios creó el universo para exhibir su gloria y para que las criaturas que creó pudieran disfrutar y admirarla.
- Librar a la humanidad de la ira de Dios: El pecado llevó a la ira de Dios contra la humanidad, pero al enviar a su Hijo, Dios proporcionó un camino para que las personas escaparan de esta ira.
¿Cómo condenó Jesús el pecado?
Jesús condenó el pecado al morir en la cruz en la "semejanza de carne pecaminosa". Aunque su carne no era pecaminosa, tomó la forma de pecador y se convirtió en el sustituto de la humanidad, llevando la ira de Dios que merecíamos por nuestros pecados.
¿Cómo podemos conectarnos con el envío del Hijo y evitar la ira de Dios?
Podemos conectarnos con el envío del Hijo al creer en Jesús como Señor y Salvador, confesando nuestros pecados y aceptando su sacrificio en la cruz a nuestro favor.