¿Milagros en la Tierra de Israel? Elisha, el Profeta de Dios
La Viuda y el Aceite Inesperado
Elisha, un reconocido profeta, recibió la visita de una viuda en busca de ayuda. Su esposo, un siervo de Dios, había fallecido y un despiadado prestamista amenazaba con esclavizar a sus hijos. Ante la desesperación de la viuda, Elisha indagó sobre sus pertenencias. La mujer respondió que solo poseía un frasco de aceite de oliva.
Siguiendo la guía de Elisha, la viuda reunió innumerables vasijas vacías de sus vecinos. Encerrada en su casa, vertió el aceite de oliva de su frasco en las vasijas. Milagrosamente, el aceite fluyó sin cesar, llenando cada vasija hasta el borde. Con el aceite abundante, la viuda pudo pagar sus debts y vivir cómodamente con sus hijos.
La Promesa Cumplida: Un Hijo para la Mujer Sunamita
En otra ocasión, Elisha visitó a una mujer sunamita adinerada que lo acogió con generosidad. Convencida de que era un hombre santo, la mujer sugirió construirle una habitación en su techo, equipada con una cama, una mesa, una silla y una lámpara.
Durante una visita posterior, Elisha notó la amabilidad de la mujer y le preguntó si podía hacer algo por ella. La mujer, sin pedir nada, mencionó su anhelo de tener un hijo, a pesar de que su esposo era mayor. Elisha profetizó que al año siguiente, ella estaría sosteniendo un hijo en sus brazos. La mujer, incrédula, suplicó a Elisha que no se burlara de su esperanza.
Fe y Milagro: La Resurrección del Niño
El hijo prometido nació al año siguiente. Sin embargo, un fatídico día, el niño colapsó con un fuerte dolor de cabeza y falleció en brazos de su madre. Desesperada, la mujer llevó el cuerpo de su hijo a la habitación de Elisha y lo dejó sobre la cama.
Envió un mensajero a su esposo, pidiendo ayuda y el burro para viajar al monte Carmelo, donde se encontraba Elisha. A pesar de las protestas de su esposo, la mujer se embarcó en el viaje. Al encontrar a Elisha, se postró a sus pies, suplicando su ayuda.
El Milagro del Bastón: La Vida Regresa
Elisha envió a su siervo Gehazi con su bastón para colocarlo sobre el rostro del niño. Sin embargo, no hubo respuesta. Elisha acudió personalmente y realizó una oración sincera. Luego, se acostó sobre el niño, colocando su boca sobre la boca del niño, sus ojos sobre los ojos del niño y sus manos sobre las manos del niño. Milagrosamente, el cuerpo del niño comenzó a calentarse y respiró profundamente. El niño había vuelto a la vida.
Preguntas frecuentes sobre la historia de la viuda y el aceite
¿Por qué estaba endeudada la viuda?
La información proporcionada no menciona explícitamente por qué la viuda estaba endeudada.
¿Qué milagro ocurrió con el aceite?
Elisha le pidió a la viuda que pidiera prestadas tantas vasijas vacías como pudiera. Luego, le dijo que llenara esas vasijas con el aceite de su frasco, que nunca se acabaría. La viuda hizo lo que le dijeron y pudo vender el aceite para pagar sus deudas.
¿Cómo nació el hijo de la mujer sunamita?
Elisha predijo que la mujer sunamita, que era estéril, tendría un hijo al año siguiente. La mujer al principio no creyó, pero luego dio a luz a un hijo tal como Elisha había dicho.
¿Cómo resucitó Elisha al hijo de la mujer sunamita?
Cuando el hijo de la mujer sunamita murió, ella lo llevó al lecho de Elisha. Elisha oró al Señor y luego se acostó sobre el niño, poniendo su boca, ojos y manos sobre los del niño. Después de estirarse sobre él, el cuerpo del niño se hizo cálido y estornudó siete veces, abriendo los ojos.
¿Qué significa esta historia para los creyentes?
Esta historia es un testimonio del poder de Dios para proveer en tiempos de necesidad, sanar a los enfermos y resucitar a los muertos. También destaca la importancia de la fe y la confianza en Dios.