¡Llama a Dios en tiempos difíciles!
La palabra de Dios revela nuestro error
El Salmo 50 nos muestra que nuestra forma de ver a Dios afecta nuestra manera de darle ofrendas. El texto nos advierte de un error común: creer que Dios depende de nuestros sacrificios para su sustento.
Dios, dueño de todo
Dios declara: "El mundo y todo lo que hay en él es mío" (Salmo 50:12). Esta afirmación enfatiza la propiedad absoluta de Dios sobre todas las cosas, desde los animales hasta las aves y los campos. Como dueño, Dios no tiene necesidad de nuestros sacrificios para alimentarse o enriquecerse.
El error que insulta a Dios
El Salmo 50 expone que el error de los israelitas consistía en pensar que sus ofrendas satisfacían las necesidades de Dios o lo hacían más fuerte. Esta mentalidad insultaba a Dios, presentándolo como un ser dependiente y necesitado.
La corrección: tres pasos
Para corregir este error, Dios nos instruye a:
- Ofrecer sacrificios de acción de gracias: Cada ofrenda debe ser una expresión de gratitud, reconociendo que todo lo que tenemos nos ha sido dado por Dios.
- Cumplir nuestros votos al Altísimo: Los votos son promesas hechas a Dios en momentos de necesidad. Cumplirlos es un acto de fe y honra a Dios como dueño de todo.
- Llamar a Dios en tiempos de dificultad: En lugar de actuar como si fuéramos los salvadores, debemos confiar en Dios y pedirle ayuda en tiempos de apuro.
El objetivo de Dios: nuestro bien y su gloria
El objetivo final de Dios en este juicio es nuestro bienestar y su propia gloria. Él desea librarnos del peligro para que podamos glorificarlo por su poder y gracia.
Aplicaciones prácticas
Para nuestra situación actual, podemos aplicar estas lecciones:
- Mantener a Dios en alta estima: Evitemos una visión disminuida de Dios, reconociendo su poder ilimitado y su amor inagotable.
- Confiar en su promesa: Creer que Dios cumplirá su promesa de librarnos en tiempos de dificultad.
- Invitar a Dios a intervenir: Orar con valentía por ayuda en nuestras necesidades financieras o de otro tipo.
- Hacer votos: Si Dios nos guía, podemos hacer votos de ofrenda por su intervención.
- Glorificar a Dios: Cuando Dios nos libera, expresarle nuestra gratitud y alabanza por su fidelidad.
Preguntas Frecuentes
¿Qué se nos dice sobre la condición financiera de la iglesia?
El presupuesto de la iglesia para misiones y ministerios este año es de $1,064,000. Para los asistentes regulares, este compromiso costaría alrededor de $19.23 por semana por persona o $2.75 por día. Sin embargo, actualmente hay un déficit de $160,000 en esta donación presupuestaria.
¿Qué se requiere para alcanzar los objetivos financieros de la iglesia?
Para alcanzar los objetivos presupuestarios, se necesitan un promedio de $35,000 cada domingo durante el resto del año. Esto significa que si todos los asistentes regulares donaran por igual, faltaría un promedio de $362.50 por persona para el año.
¿Cuál es la raíz del problema financiero de la iglesia?
La raíz del problema es una visión equivocada de Dios. Los miembros de la iglesia pueden estar viendo a Dios como necesitado o dependiente de sus donaciones, lo que lleva a insultos y sacrificios ineficaces.
¿Cuáles son las tres correcciones prescritas en el Salmo 50?
- Ofrecer sacrificios de acción de gracias, reconociendo que todas las posesiones provienen de Dios.
- Cumplir los votos hechos a Dios, demostrando confianza en su ayuda.
- Invocar a Dios en tiempos de necesidad, confiando en su capacidad para librar.
¿Cuál es el objetivo final de Dios en este proceso?
El objetivo final de Dios es nuestro bien y su gloria. Al responder a nuestras peticiones de ayuda, Dios quiere liberarnos y ser glorificado por su poder y gracia.