El Mandato Misionero: Proclamando el Evangelio (Marcos 16:15-20)
El Encargo de Jesús
En las palabras finales del Evangelio de Marcos, Jesús encargó a sus discípulos una misión fundamental: "Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura" (Marcos 16:15). Este mandato no era exclusivo de los apóstoles originales, sino que se extendía a todos los creyentes a perpetuidad. Los discípulos debían proclamar el mensaje de salvación a todas las naciones, sin importar su cultura, religión o ubicación geográfica.
La Esencia de la Fe y el Bautismo
La fe es esencial para la salvación. Jesús declaró: "El que crea y sea bautizado, será salvo" (Marcos 16:16). El bautismo es un sacramento que simboliza la muerte del viejo yo y el renacimiento en Cristo. A través del bautismo, los creyentes reciben el perdón de los pecados y se convierten en parte del cuerpo de Cristo, la Iglesia.
Las Señales que Acompañan a la Fe
Para aquellos que creen, Jesús prometió señales que acompañarían su predicación: "Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si beben cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán" (Marcos 16:17-18). Estas señales no eran un fin en sí mismas, sino una confirmación del poder del Evangelio y un testimonio de la presencia de Dios en la vida de los creyentes.
La Ascensión y la Predicación Mundial
Tras dar su mandato, Jesús ascendió al cielo y se sentó a la diestra de Dios (Marcos 16:19). Sin embargo, su presencia continuó con los discípulos a través del Espíritu Santo. Empoderados por el Espíritu, los discípulos predicaron el Evangelio por todas partes, estableciendo iglesias y llevando la Buena Nueva a innumerables personas.
El Legado Continuo de la Gran Comisión
El mandato de Jesús de proclamar el Evangelio sigue vigente en la actualidad. La Iglesia tiene la responsabilidad de continuar llevando el mensaje de salvación al mundo. Esto implica un compromiso con la evangelización, el testimonio personal y el servicio a los demás.
El Papa Francisco sobre el Celo Misionero
El Papa Francisco ha enfatizado repetidamente la importancia del celo misionero. Ha dicho: "La Iglesia existe para evangelizar. No es una institución que se centra a sí misma, sino una institución que está constantemente 'fuera de sí misma'". El Papa Francisco anima a los católicos a dejar atrás sus fracasos y abrazar la misión de Jesús con pasión y entusiasmo.
El Papel de los Católicos en la Evangelización
Los católicos son los "apóstoles resucitados" llamados a proclamar el Evangelio. No deben avergonzarse de su fe, sino compartirla con audacia y convicción. La evangelización implica presentar la belleza del amor de Dios con naturalidad y alegría, teniendo a Jesús en el centro de nuestra vida.
El Testimonio y la Oración en la Evangelización
El testimonio personal es una forma poderosa de evangelización. Al compartir nuestras propias experiencias con Cristo, podemos ayudar a otros a conocerlo, amarlo y seguirlo. La oración es también esencial para la evangelización. Debemos pedir a Dios que nos dé fe, amor y sabiduría para proclamar eficazmente su Evangelio.
Virtudes Necesarias para la Evangelización
La evangelización requiere ciertas virtudes:
- Astucia: Debemos ser astutos como serpientes para superar los obstáculos y aprovechar las oportunidades de compartir el Evangelio.
- Constancia: La evangelización es un proceso a largo plazo que requiere paciencia y perseverancia.
El mandato de Jesús de proclamar el Evangelio es un llamado a la acción para todos los creyentes. Debemos dejar atrás nuestros miedos y dudas, y abrazar la misión de llevar la Buena Nueva al mundo. Al hacerlo, no solo estamos cumpliendo con el mandamiento de Jesús, sino también participando en la transformación de vidas y en la construcción del Reino de Dios en la tierra.