¡La Vida en Jesús: La Verdad que Transforma!

La Realidad Absoluta es Personal

El universo no surgió de la nada ni de una materia inerte. En su origen, antes de todo lo demás, existía la Vida: una persona divina, viva y consciente. Esta Realidad Absoluta, el Creador del universo, es un ser personal con pensamientos y sentimientos.

Como niños, preguntamos "¿De dónde viene Dios?". La respuesta es que Él siempre ha existido. No tuvo un comienzo, sino que es eterno e inmutable. Y una de sus características esenciales es la Vida.

La Vida Precede a la Materia

La vida no surgió de la materia, sino que la Vida misma dio origen a la materia. El universo material no apareció primero y luego evolucionó hacia la vida. Por el contrario, la Vida preexistió y creó la materia.

Esta distinción es crucial porque separa la cosmovisión atea de la cristiana. Los ateos creen que todo comenzó con materia y energía inanimadas, mientras que los cristianos afirman que la Vida existió primero y creó el mundo físico.

La Vida Espiritual como el Verdadero Propósito

Cuando Juan afirma "En él estaba la vida", se refiere principalmente a la vida espiritual, eterna y salvadora. El propósito de nuestra existencia no es solo vivir físicamente, sino también tener una relación vital con Dios.

Sin Jesús, estamos espiritualmente muertos, separados de la fuente de la vida. Él es la luz que ilumina nuestra oscuridad y nos permite experimentar la plenitud de la vida eterna.

La Nueva Vida Trae Luz

La luz que Juan menciona no es solo una metáfora de la iluminación intelectual. Es la luz del conocimiento de Jesús, que revela su valor, su sacrificio y el tesoro de su presencia.

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Cuando recibimos a Jesús, recibimos la vida espiritual y, con ella, la luz que disipa la oscuridad de la ignorancia y la ceguera espiritual.

El Triunfo de la Luz

En un mundo de ceguera y oscuridad, ¿cómo puede la luz prevalecer? La respuesta está en el nuevo nacimiento, un acto sobrenatural que Dios realiza en nuestras vidas.

El nuevo nacimiento nos otorga la vida espiritual y, simultáneamente, nos abre los ojos para ver a Jesús y recibirlo como nuestro Salvador. La fe, el nuevo nacimiento y la apertura de los ojos ocurren simultáneamente.

Por lo tanto, cuando Jesús nos llama a creer en Él para la vida eterna, no debemos esperar una experiencia separada antes de creer ni adelantar la fe como si pudiéramos hacerlo sin el nuevo nacimiento. En cambio, fijamos nuestros ojos en Jesús, el Cordero de Dios que dio su vida por nosotros, y en ese momento de fe, somos renacidos.

Preguntas Frecuentes

¿Qué significa que "en él estaba la vida"?

La vida mencionada en Juan 1:4 se refiere a la vida eterna o espiritual, que se recibe al creer en Jesús. Esta vida es diferente a la vida física y da acceso a la salvación y a la vida eterna.

¿Cómo puede la vida dar lugar a la materia?

Según la perspectiva cristiana, la vida precedió a la materia. Dios, que es Vida, creó la materia a partir de su propio ser, trayendo tanto la vida como la materia a la existencia.

¿Por qué dice Juan que "la oscuridad no la ha vencido"?

La oscuridad representa la ceguera espiritual y la muerte que prevalecen en el mundo. A pesar de la llegada de Jesús como la luz del mundo, muchos siguen rechazando su mensaje y permanecen en la oscuridad. Sin embargo, "no la ha vencido" sugiere que la luz finalmente triunfará sobre la oscuridad.

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¿Cómo se recibe la vida nueva y la luz?

La vida nueva y la luz se reciben a través del nuevo nacimiento, que es un acto soberano de Dios. Cuando una persona cree en Jesús, recibe la vida nueva y la capacidad de ver la gloria de Dios.

¿Cómo se relacionan el nuevo nacimiento, la nueva vista y la nueva fe?

El nuevo nacimiento, la nueva vista y la nueva fe ocurren simultáneamente. Cuando una persona nace de nuevo, se le abren los ojos para ver a Jesús como el Salvador y se le da la capacidad de creer en él. Estos eventos están intrínsecamente conectados y son esenciales para recibir la vida eterna.

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