La vida bajo el sol: el enigma de la justicia y la esperanza
El destino incierto de todos
¿Por qué los justos a menudo sufren como los malvados? ¿Y los malvados prosperan como los justos? Este enigma ha desconcertado a los pensadores durante siglos. El autor bíblico de Eclesiastés 9 reconoce esta desconcertante realidad, afirmando que "nadie sabe si Dios les mostrará favor" (v. 1).
El destino final, dice el autor, es el mismo para todos: "los justos o los malvados, los buenos o los malos, los limpios o los sucios, los religiosos o los irreligiosos" (v. 2). Esta afirmación desafía nuestras nociones de justicia y recompensa, sugiriendo que la vida terrenal está llena de paradojas e incertidumbres.
La esperanza para los vivos
Ante la aparente injusticia de la vida, el autor encuentra un rayo de esperanza en el simple hecho de estar vivo. "Mejor es un perro vivo que un león muerto", observa (v. 4). Para los vivos, hay esperanza y posibilidad, aunque su destino final sea la muerte.
Los muertos, por otro lado, están desprovistos de conocimiento, memoria y recompensa. Su existencia terrenal ha terminado, y su legado se desvanece con el tiempo. "Los vivos saben que morirán, pero los muertos no saben nada" (v. 5).
Haz el bien mientras puedas
A pesar de la incertidumbre del futuro, el autor insta a sus lectores a vivir plenamente sus vidas. "Come tu pan con alegría, y bebe tu vino con corazón alegre, porque tus obras ya son agradables a Dios" (v. 7).
Vestir con elegancia, disfrutar de la compañía de seres queridos y dedicarse a un propósito que dé sentido a nuestra existencia son formas de encontrar alegría y significado en un mundo impredecible. "Vive feliz con la mujer que amas todos los días de tu vida fugaz" (v. 9).
La importancia de la sabiduría
Si bien la carrera no siempre es para los más veloces ni la batalla para los más fuertes, la sabiduría sigue siendo valiosa (v. 11). La sabiduría nos permite navegar las incertidumbres de la vida y tomar decisiones informadas.
Sin embargo, el autor reconoce que la sabiduría puede ser subestimada y los sabios pueden ser despreciados (v. 16). No obstante, la verdadera sabiduría nos permite afrontar los desafíos de la vida con humildad, resiliencia y esperanza.
En última instancia, el autor concluye que "es mejor oír las palabras tranquilas de un sabio que el clamor de un rey necio" (v. 17). La sabiduría, no el poder o la riqueza, nos guiará a través de las complejidades de la vida bajo el sol.
Preguntas frecuentes
¿Por qué Dios no siempre favorece a los justos y sabios?
R: El destino es el mismo para todos, independientemente de su carácter o acciones, porque todo está en manos de Dios.
¿Cuál es el propósito de la vida si todos vamos a morir?
R: Hay esperanza solo para los vivos, por lo que debemos aprovechar la vida mientras podamos.
¿Cómo podemos saber lo que Dios aprueba?
R: Dios aprueba que disfrutemos de la comida, el vino y la compañía de nuestros seres queridos.
¿Qué pasa cuando morimos?
R: Los muertos no tienen conciencia ni recompensas.
¿Por qué no siempre ganan los más rápidos y fuertes?
R: Todo se decide por casualidad y estar en el lugar correcto en el momento correcto.
¿Por qué la sabiduría es menospreciada si se es pobre?
R: Aunque la sabiduría es valiosa, los pobres pueden ser despreciados, incluso si tienen conocimientos.
¿Qué es más valioso, la sabiduría o las armas?
R: La sabiduría es más valiosa que las armas, pero un solo pecador puede destruir mucho bien.