La verdad: un faro en un mundo de engaños
¿Por qué importa la verdad?
En nuestra época, la actitud hacia la verdad se ha vuelto indiferente, como si no existiera o no importara. Sin embargo, para los niños, esto es una tragedia que puede llevarlos por el camino de la injusticia y el caos.
La verdad como fundamento
La Biblia nos enseña que la palabra de Dios es la suma de la verdad (Salmo 119:160). Esta verdad se manifiesta plenamente en Jesucristo, quien es el "camino, la verdad y la vida" (Juan 14:6).
La Palabra de Dios, que incluye el Antiguo y el Nuevo Testamento, es una guía confiable que nos revela la voluntad de Dios y nos permite distinguir entre lo verdadero y lo falso.
Cómo conocer la verdad
¿Cómo pueden los niños llegar a conocer la verdad y confiar en ella? La respuesta se encuentra en una "luz divina y sobrenatural" (2 Corintios 4:6) que Dios enciende en nuestros corazones.
Esta luz nos permite ver la gloria de Cristo y su Evangelio, que es la manifestación de la verdad. No es un salto de fe ciega, sino una experiencia auténtica de la presencia y poder de Dios.
Transmitir el amor por la verdad a las próximas generaciones es esencial para su bienestar espiritual y eterno. La Palabra de Dios, centrada en la luz del Evangelio de Jesucristo, es la suma de la verdad y una fuente de alegría y confianza que guiará a los niños a través de las tormentas de la vida.
Preguntas Frecuentes
¿Por qué es importante transmitir el amor por la verdad a las generaciones futuras?
Respuesta: Porque Jesús rechaza a quienes no defienden la verdad (Mateo 21:23-27). Por lo tanto, ignorar la verdad es una tragedia eterna.
¿Cuál es la suma de la verdad que queremos que las generaciones futuras entiendan y adopten?
Respuesta: Salmo 119:160. "La suma de tu palabra es verdad". La Biblia, con Jesucristo, la Verdad encarnada en el centro, es la suma de la verdad.
¿Cómo pueden los niños llegar a conocer la verdad y confiar alegremente en ella?
Respuesta: 2 Corintios 4:3-6. Leyendo o escuchando la Palabra de Dios, especialmente la historia bíblica de Jesús, y experimentando que Dios abre los ojos de su corazón para ver la luz auto-autenticadora del evangelio de la gloria de Cristo, quien es la imagen de Dios.