La Gracia de Dios: El Fundamento de la Salvación
La salvación, en el contexto bíblico, es el rescate de la condenación eterna otorgado por la gracia inmerecida de Dios. No es un logro humano, sino un regalo gratuito ofrecido a todos a través de la fe en Jesucristo. La cruz de Cristo es el sello de nuestra salvación, asegurando que todos los verdaderos creyentes son justificados ante Dios.
La Eternidad de la Obra Salvadora de Cristo
La obra salvadora de Cristo es eterna e inmutable. Una vez que un individuo recibe la salvación por la fe, está sellado con el Espíritu Santo como garantía de su lugar en el reino de Dios. Esta garantía no se basa en el mérito personal, sino en la fidelidad de Dios.
La Perseverancia de los Creyentes
La perseverancia de los verdaderos cristianos es un fruto de la obra del Espíritu Santo en sus vidas. Aunque pueden enfrentar pruebas y tentaciones, su salvación permanece intacta. El arrepentimiento y la confesión de pecados no implican una pérdida de la salvación, sino más bien un reconocimiento de nuestra dependencia continua de la gracia de Dios.
La Responsabilidad de los Creyentes
Si bien la salvación no depende de las obras, los creyentes son responsables de sus acciones. Vivir una vida santa es un reflejo de la gratitud por el don de la salvación y un testimonio de la obra transformadora del Espíritu Santo. La justificación y la santificación son aspectos inseparables de la salvación.
La Seguridad de la Salvación: Un Consuelo y una Esperanza
La doctrina de la seguridad de la salvación ofrece consuelo y esperanza a los creyentes. No es una arrogancia, sino una confianza en la obra terminada de Cristo. El amor de Dios por sus hijos es incondicional y no puede ser revocado. Al orar, leer la Biblia y vivir una vida obediente, los creyentes pueden disfrutar de la seguridad de su salvación.
Salvación e Iglesia: Un Vínculo Indisoluble
La Iglesia como Medio de Salvación
La Iglesia es la comunidad de creyentes que han respondido al llamado de Dios a la salvación. Es el medio a través del cual los individuos se conectan con Dios y reciben su gracia. La Iglesia proporciona un ambiente de apoyo y rendición de cuentas mientras los creyentes crecen en su fe.
La Misión de la Iglesia: Difundir el Evangelio
La Iglesia tiene la misión divina de compartir el mensaje de la salvación con el mundo y discipular a los nuevos creyentes. A través de la predicación, la enseñanza y el testimonio personal, la Iglesia busca difundir la Buena Nueva de la salvación por la fe en Cristo.
La Comunión y el Crecimiento en la Fe
La Iglesia fomenta la comunión entre los creyentes, quienes se unen para adorar, orar y estudiar la Biblia juntos. Este compañerismo espiritual apoya el crecimiento de los creyentes en la fe y la madurez.
La salvación es un don inestimable ofrecido por la gracia de Dios a todos los que creen en Jesucristo. La obra salvadora de Cristo es eterna e inmutable, asegurando la salvación para todos los verdaderos creyentes. Si bien los cristianos son responsables de sus acciones, su salvación no depende de sus méritos. La doctrina de la seguridad de la salvación ofrece consuelo y esperanza, mientras que la Iglesia juega un papel vital en el fomento de la salvación y la difusión del Evangelio.