La justicia de Dios: Dejar que la ira de Él obre en lugar de la venganza
La protección de los derechos humanos
En la actualidad, damos por sentado los derechos humanos de vida, libertad y búsqueda de la felicidad. Asumimos que deben protegerse por la ley y, si es necesario, por la fuerza. Sin embargo, tales derechos no existían en el siglo I.
La persecución en el mundo moderno
La persecución por la fe cristiana todavía es una realidad en muchas partes del mundo. Cristianos enfrentan encarcelamiento, violencia y discriminación. Estas noticias nos recuerdan la importancia de orar por nuestros hermanos y hermanas perseguidos.
La ira de Dios y la venganza
Como cristianos, debemos recordar que la venganza no es nuestra, sino de Dios. Romanos 12:17-20 nos enseña a no devolver mal por mal, sino a dejar que la ira de Dios obre.
El ejemplo de Graham Staines
Graham Staines, un misionero cristiano, fue asesinado junto con sus dos hijos en 1999. En lugar de albergar odio, su viuda respondió con amor y perdón, demostrando el poder transformador de la gracia de Cristo.
La justicia y la misericordia
La justicia y la misericordia se entrelazan en la vida humana. Debemos evitar tomar la justicia en nuestras propias manos, pero confiar en que Dios juzgará todas las injusticias.
El papel de las autoridades
A los gobernantes se les ha confiado la autoridad para castigar el mal y hacer justicia, como se indica en Romanos 13:4. Sin embargo, este poder debe ejercerse con responsabilidad y bajo la autoridad de Dios.
La certeza de la ira divina
La ira de Dios es una realidad que debemos reconocer. Es por eso que se nos exhorta a dejar la venganza en sus manos. Al hacerlo, podemos experimentar libertad y la capacidad de amar a nuestros enemigos.
El testimonio de John Piper
John Piper comparte su experiencia personal de perder a su madre en un accidente automovilístico. A pesar del dolor, eligió no albergar odio ni desear venganza. En cambio, confió en que Dios haría justicia.