La Confianza del Anciano en Dios

Un Refugio Seguro en la Vejez

El Salmo 71 nos presenta la plegaria de un anciano que confía plenamente en la protección y el cuidado de Dios. El salmista comienza expresando su confianza inquebrantable en el Señor, sabiendo que en Él encuentra refugio y salvación: "En ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo avergonzado jamás" (v. 1).

Liberación de los Enemigos

El anciano reconoce que enfrenta adversidades y enemigos que buscan hacerle daño. Sin embargo, confía en que Dios lo librará de sus manos: "Líbrame en tu justicia, y rescátame; inclina tu oído hacia mí, y sálvame" (v. 2). Dios es su "fortaleza" y su "castillo", un lugar seguro donde siempre puede encontrar protección (v. 3).

Esperanza y Alabanza Constantes

A pesar de su edad y debilidad, el anciano proclama su esperanza inquebrantable en Dios. Él declara que su alabanza será constante, incluso en la vejez: "Esperaré siempre, y te alabaré más y más" (v. 14). Su confianza no se basa en sus propias fuerzas, sino en la fidelidad y el poder de Dios (v. 15-17).

El Testimonio de las Maravillas de Dios

El salmista ha experimentado las maravillas de Dios desde su juventud. Por eso, incluso en sus últimos años, desea continuar declarando las obras poderosas del Señor: "No me deseches en el tiempo de la vejez; cuando mi fuerza se acabare, no me desampares" (v. 9). Su testimonio servirá de inspiración para las generaciones venideras, demostrando que Dios nunca abandona a aquellos que confían en Él (v. 18).

Gratitud y Alegría

El anciano expresa su profunda gratitud por la redención que Dios ha obrado en su vida. Sus labios rebosan de alegría al cantar las alabanzas del Señor (v. 23-24). Confía en que sus enemigos serán avergonzados y derrotados, ya que Dios es su defensor y su justicia es eterna (v. 14, 24).

Leer Más:  ¿Es mejor hablar en lenguas o profetizar?

Preguntas Frecuentes

H3. ¿En quién confía el salmista?
En el Señor.

H3. ¿Qué pide el salmista a Dios?
Que no le avergüence, que lo libere de los malvados y que sea su refugio.

H3. ¿De qué se ha aferrado el salmista desde su juventud?
De Dios.

H3. ¿Cómo ve el salmista a sí mismo ante otros?
Como una maravilla.

H3. ¿Qué le pide el salmista a Dios en su vejez?
Que no lo abandone.

H3. ¿Quiénes son los adversarios del salmista?
Los que mienten sobre él y buscan su vida.

H3. ¿Qué promete el salmista hacer?
Esperar en Dios, alabarlo y declarar su justicia.

H3. ¿Qué ha experimentado el salmista en su vida?
Problemas y tribulaciones.

H3. ¿Qué espera el salmista de Dios en el futuro?
Que lo reviva, lo consuele y aumente su grandeza.

H3. ¿Cómo alaba el salmista a Dios?
Con el laúd y el arpa.

Subir