Jonás, un profeta que huyó de su misión
La llamada divina
El Señor encomendó una misión a Jonás: ir a Nínive, una gran ciudad llena de maldad, y denunciar sus pecados. Jonás, sin embargo, decidió huir de la presencia de Dios y se embarcó en un barco con rumbo a Tarsis.
La tempestad
En medio de su viaje, el Señor envió una gran tormenta que amenazó con hundir el barco. Los marineros, aterrorizados, clamaron a sus dioses y aligeraron la carga arrojando mercancías al mar. Mientras tanto, Jonás dormía profundamente en la bodega.
El sorteo
Para determinar la causa de su desgracia, los marineros echaron suertes y el resultado señaló a Jonás como culpable. A pesar de sus intentos de regresar a tierra, la tormenta arreció.
La decisión
Jonás reconoció su culpa y propuso que lo arrojaran al mar para calmar la tempestad. Los marineros dudaron, pero ante la insistencia de Jonás, lo tomaron y lo lanzaron por la borda.
El rescate
Milagrosamente, el mar se calmó de inmediato. Los marineros, llenos de temor, ofrecieron sacrificios y hicieron votos al Señor. Mientras tanto, Jonás fue tragado por un gran pez donde permaneció durante tres días y tres noches.
El regreso
Tras su experiencia en el vientre del pez, Jonás fue devuelto a tierra y se dirigió a Nínive para cumplir su misión. Predicó el mensaje de Dios, y los habitantes de la ciudad se arrepintieron de sus pecados, evitando así el castigo divino.
Preguntas Frecuentes
¿Por qué huyó Jonás de Dios?
Jonás huyó porque no quería ir a Nínive y advertirles sobre su maldad. Temía que Dios fuera misericordioso con ellos y los perdonara, lo que Jonás consideraba injusto.
¿Qué sucedió cuando Jonás huyó?
Dios envió una gran tormenta sobre el mar, lo que provocó que el barco en el que viajaba Jonás estuviera a punto de hundirse.
¿Cómo se descubrió que Jonás era la causa de la tormenta?
Los marineros echaron suertes y la suerte cayó sobre Jonás. Luego confesó que estaba huyendo de la presencia del Señor.
¿Qué hizo Jonás para calmar la tormenta?
Jonás pidió a los marineros que lo arrojaran al mar, creyendo que eso calmaría la tormenta.
¿Qué sucedió con Jonás después de que lo arrojaran al mar?
Dios preparó un gran pez para tragarse a Jonás, quien permaneció en su vientre durante tres días y tres noches.