Jesús: Superior a Moisés, nuestro Sumo Sacerdote y Guía
Jesús: El Constructor y la Casa
El apóstol Pablo afirma que Jesús es superior a Moisés como el constructor de la casa de Dios, la cual somos nosotros, los creyentes. Mientras Moisés era un sirviente fiel en la casa, Jesús es el Hijo y el Señor de la casa. Tenemos el privilegio de ser parte de esta casa como hijos de Dios, siempre y cuando mantengamos firme nuestra fe y esperanza.
El Descanso de Dios
El Espíritu Santo nos advierte que no endurezcamos nuestros corazones como los israelitas en el desierto. Dios se enojó con esa generación por su incredulidad y les impidió entrar en su reposo. Debemos tener cuidado de no apartarnos del Dios vivo y animarnos unos a otros a permanecer fieles.
La Incredulidad Impide el Descanso
La ira de Dios cayó sobre aquellos que pecaron y se rebelaron contra Él en el desierto. No pudieron entrar en su reposo debido a su incredulidad. Debemos aprender de su ejemplo y creer en la palabra de Dios para evitar el mismo destino.
Preguntas Frecuentes sobre la Superioridad de Cristo sobre Moisés (Hebreos 3)
¿En qué se diferencia Cristo de Moisés?
Respuesta: Cristo fue fiel como Hijo sobre su propia casa, mientras que Moisés fue fiel como siervo en la casa de Dios. Cristo tiene más gloria que Moisés porque Dios, el Creador de todo, es más honorable que cualquier casa creada.
¿Por qué la fidelidad de Cristo es más destacable que la de Moisés?
Respuesta: Moisés fue fiel en la casa de Dios, pero solo como un testimonio de las cosas que vendrían después. Cristo, por otro lado, es el Hijo, el dueño de la casa, y su fidelidad es constante y duradera.
¿Por qué es importante creer en Cristo?
Respuesta: Creer en Cristo nos hace partícipes de su descanso. Si nos mantenemos firmes en nuestra fe, evitaremos la incredulidad y el juicio que enfrentaron los israelitas en el desierto.
¿Qué consecuencias tuvo la incredulidad de los israelitas?
Respuesta: Los israelitas que se rebelaron contra Dios fueron castigados con 40 años de vagar por el desierto y fueron excluidos del descanso que Dios les había prometido.
¿Cuál es la advertencia para los creyentes de hoy?
Respuesta: No debemos endurecer nuestros corazones ante la voz de Dios, porque la incredulidad nos puede llevar a perder el descanso que Cristo ofrece. Debemos exhortarnos unos a otros diariamente a mantenernos firmes en la fe.
