Jesús lee las Escrituras en la sinagoga

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El episodio de Jesús leyendo las Escrituras en la sinagoga de Nazaret es un momento crucial en su ministerio, que brinda una valiosa perspectiva sobre su misión y el impacto que tuvo en su comunidad.

La lectura profética

En el sábado, Jesús entró en la sinagoga y pidió leer el rollo de las Escrituras. Le dieron el libro del profeta Isaías, y leyó un pasaje que describía su propia misión: "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para predicar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a proclamar liberación a los cautivos y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a proclamar el año agradable del Señor" (Lucas 4:18-19).

La reacción de la multitud

La gente de la sinagoga quedó impresionada por la enseñanza de Jesús, pero también intrigada por sus afirmaciones mesiánicas. Se preguntaron cómo un hijo de su pueblo podía ser un profeta, ya que lo conocían como un carpintero.

La respuesta de Jesús

Jesús respondió a sus dudas citando ejemplos de profetas del pasado que no fueron aceptados en sus propios lugares de origen. Mencionó a Elías, enviado a ayudar a una viuda en Sarepta, y a Eliseo, que sanó a Naamán, un general sirio.

Esta respuesta enfureció a la multitud, que atacó a Jesús. Sin embargo, él escapó milagrosamente, pasando por en medio de ellos (Lucas 4:28-30).

El ministerio en Capernaúm

Después del incidente en Nazaret, Jesús se trasladó a Capernaúm, donde continuó enseñando y realizando milagros. Expulsó un demonio de un hombre en la sinagoga, asombrando a la gente por su autoridad.

En casa de Simón Pedro, sanó a la suegra de éste de fiebre y curó a muchos enfermos que le trajeron. La noticia de sus milagros y enseñanzas se extendió rápidamente, atrayendo a multitudes que buscaban su sanación y guía.

El impacto de la misión de Jesús

El episodio de Jesús leyendo las Escrituras en la sinagoga de Nazaret fue un momento decisivo en su ministerio. Reveló su misión mesiánica, provocando reacciones tanto de asombro como de hostilidad. Sin embargo, su mensaje de esperanza y sanación continuó resonando en los corazones de quienes lo escucharon, transformando sus vidas y trayendo el Reino de Dios a la tierra.

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